Palacio Legislativo 21-03-2018 (Notilegis).- El diputado Jorge Álvarez Maynez (MC) resaltó la necesidad de actualizar la Ley General para el Control del Tabaco, con el fin de garantizar espacios 100 por ciento libre de humo en todo México, ya que “ha quedado desactualizada”, a 10 años de su aprobación. “No se puede mantener intacta una ley que en su momento fue pionera en las mejores prácticas internacionales, pero que se ha ido quedando muy desactualizada”, dijo en la inauguración del foro: “Reducción de daños y tabaquismo en México. Reflexiones a 10 años de la Ley General para el Control del Tabaco (LGCT)”. Pidió al Poder Legislativo atender las recomendaciones de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conacid) y de La Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) sobre la prohibición total de la publicidad, actualización de impuestos, de la regulación del consumo de cigarro electrónico y el aumento de pictogramas en los empaques. Indicó que se debe de atender este “gravísimo problema”, ya que en el país se destinan recursos públicos para atender padecimientos relacionados con el tabaco por 81 mil millones de pesos anuales. Las muertes asociadas al tabaquismo “son más del doble de lo de la llamada guerra contra el narcotráfico, reconociendo que hemos tenido la época más violenta en los últimos 10 años, ese es el tamaño del problema que enfrentamos”, externó el diputado de MC. La titular de la dirección general técnico-ejecutiva de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conacid), María José Martínez Ruíz, señaló que la tasa de mortalidad anual en México, asociada con este consumo, es de 40 mil personas. Expuso que en el 2016 había 14. 9 millones de fumadores de 12 a 65 años de edad, de los cuales alrededor de un millón son estudiantes de secundaria y bachillerato. El 73. 6 por ciento de los consumidores tiene interés en dejarlo y el 56 por ciento lo ha intentado dejar, mientras que 2.9 millones han abandonado el consumo en el último año, puntualizó. Resaltó que, con la Ley General para el Control del Tabaco, en 2008, México “fue pionero en las políticas de control en la región de las Américas”. Además, la población la hizo suya, ya que el 93. 4 por ciento de los adultos apoya la prohibición de fumar en espacios cerrados, sostuvo Martínez Ruíz. Urgió al Legislativo a retomar tareas que desde hace 10 años están pendientes, “ha habido un sinfín de iniciativas, pero que no avanzan. Y es preocupante que estemos aletargados” en esta materia. “Desde la Conadic alentamos al Poder Legislativo a reformar esta ley y volverla una ley 100 por ciento libre de humo”, aseveró. Otro pendiente en la agenda Legislativa, detalló, es impulsar por lo menos al 50 por ciento las imágenes de advertencia, los pictogramas, en ambas partes de los empaques. También la publicidad total, pues actualmente la ley prohíbe en medios masivos, televisión, radio e Internet; sin embargo, hay tres excepciones, en revistas y establecimientos para adultos, así como en comunicación por correo electrónico. “Se arrancó muy bien al emitir la ley, respecto a los impuestos, pero si no se indexa a indicadores económicos, pues no se actualiza y pierde el poder para tener un impacto en la reducción del consumo”, sostuvo. Subrayó que para la Conacid existen efectos adversos por el consumo del cigarro electrónico, como inflamación de vías respiratorias, infecciones virales, consumo de nicotina que genera adicción, liberación de carcinógenos y sustancias tóxicas. Por lo tanto, éstos no representan una alternativa recomendable y se requiere mayor investigación. El asesor en Enfermedades Crónicas de la OPS/OMS, Miguel Malo, señaló que actualmente no hay evidencia que los productos calentados (cigarros electrónicos) son menos dañinos que los convencionales. Sin embargo, sí hay sustancial evidencia de que los cigarrillos electrónicos aumentan el riesgo de que alguna vez los jóvenes consuman productos tradicionales de nicotina, abundó. Planteó la necesidad de mantener la regulación de este tipo de productos, en el marco de las regulaciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. Además, consideró que existe “una falta de voluntad política, y tenemos la oposición de la industria tabacalera”. RZJ/JGM |