Palacio Legislativo, 02-10-2018 (Notilegis).- El movimiento estudiantil de 1968 ha tenido enormes repercusiones en la vida nacional y representa un parteaguas en la historia de México por la cuantía incalculable de su legado, afirmó el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mario Alberto Rodríguez Casas. Durante su participación en la Sesión Solemne por el 50 aniversario de este acontecimiento, expresó su agradecimiento a la Cámara de Diputados por la iniciativa de colocar en letras de oro la leyenda “Al Movimiento Estudiantil de 1968”, en el Muro de Honor del salón del Pleno del Palacio Legislativo de San Lázaro. Dijo que es un justo reconocimiento a las mujeres y hombres que lucharon por las libertades democráticas, por un mejor país, en el que puedan expresarse una pluralidad de voces. “El movimiento de 1968 inició con una manifestación contra la represión; trascendió hasta convertirse en un hecho político de alcances nacionales y desencadenó el nacimiento de una sociedad más madura y consciente del valor de sus derechos, sobre todo, el derecho ineludible a la libertad de expresión”, agregó. Comentó que las causas de su resistencia fueron, también, inspiradas por otros acontecimientos significativos en el mundo y recordó algunos hechos de ese año en otras latitudes, como el movimiento de estudiantes universitarios de París, la primavera de Praga, la revolución cultural China y la guerra de Vietnam. “Muchas coincidencias están presentes en esos movimientos. Gobiernos y sociedades necesitaban repensarse y reencontrarse en un nuevo pacto social”, apuntó. Señaló que, en México, el movimiento estudiantil de 1968, encabezado por politécnicos y universitarios, compartía muchos de los ideales de la juventud de otros países y aspiraba a construir un país con nuevas concepciones del gobierno y la vida política, hacia un entorno sin violencia, con justicia, diálogo, respeto y tolerancia. Expuso que recordar ese movimiento da la oportunidad de reflexionar acerca de la gran responsabilidad que el Estado y la sociedad mexicana han conferido tanto al IPN, como a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para formar, de manera integral, a los mexicanos que son y serán las fortalezas de este país. “La lección que los estudiantes de 1968 dejaron a México continúa haciendo eco en la memoria y en la consciencia de todos nosotros. Mucho ha cambiado el país, y también mucho hemos cambiado nosotros desde entonces”, agregó. Aseveró que 50 años después “somos testigos de la evolución de la vida política de nuestra nación. Tenemos diversidad política, alternancia, instituciones ciudadanas, libertades que no soñábamos, tolerancia y respeto por los que piensan diferente”. JGM |