• El arte del buen hablar hace de una tribuna la más rica de las trincheras en la guerra de ideas: Juan Carlos Delgadillo
• Organiza CEDIP Conferencia Magistral sobre Argumentación Jurídica en Debates Legislativos
• Un debate que no tiene puntos de vista jurídicos, es débil y endeble: Rojas Amandi, ponente

25-04-2014.- Durante la presentación de la Conferencia Magistral: Argumentación Jurídica en Debates Legislativos organizada por el Centro de Estudios e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP), su director, Sami David David, sostuvo que un legislador no tiene defensas personales, sino lo que encarna como representante de la sociedad, al servicio de ella.

Comentó que, de acuerdo con la teoría de la representación, se entiende ésta como la responsabilidad concreta de hacer leyes y vincularlas al ejercicio personal de la retórica.

A su vez, el secretario de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados, Juan Carlos Delgadillo, resaltó la importancia de la argumentación en el funcionamiento del parlamentarismo.

“No me refiero al parlamentarismo como un sistema, sino como una conducta esencial para la vida democrática, es la esencia de la libertad política y es el ejercicio de la libertad de pensamiento”, sostuvo.

Consideró que quien aspira a debatir debe poseer los elementos mínimos en el lenguaje y en su formación cultural para sobreponer sus ideas a las de quien enfrenta y hacerlas prevalecer.

“El arte del buen hablar hace de una tribuna la más rica de las trincheras en la guerra de las ideas”, expresó Delgadillo.

Resaltó que la historia del Congreso Mexicano está llena de crónicas de discusiones memorables. “El discurso es el eje articulador del debate legislativo en el parlamento”, resaltó.

Durante el evento, Víctor Rojas Amandi, director del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana y conferencista en el evento, explicó el valor que tienen en los debates la claridad y fundamentos jurídicos de los razonamientos usados para expresar y defender posturas e ideas, ya que “una argumentación que no tiene puntos de vista jurídicos, es débil y endeble”.

Subrayó que siempre son necesarios los fundamentos para justificar los puntos de vista y poder comprobar la tesis planteada, aunque “nunca un argumento va a convencer a todos ni va a resistir cualquier prueba”.

Agregó que aunque la capacidad para producir ideas es casi ilimitada, dependerá en gran parte de las habilidades de cada persona el poder implementarlas.

“No es lo mismo hablar que saber hablar; es poder mandar el mensaje a la otra persona y hacer que acepte nuestro punto de vista”, expresó.

También mencionó que este tema tiene que ver con lo emocional, ya que “no es lo mismo decir algo en un tono gris y desinteresado, que expresarlo de manera apasionada y transmitiendo el sentimiento de lo que se está diciendo”.

Sin embargo, advirtió que en el debate no se debe abusar de la petulancia, ya que se acaba manifestando una posición de arrogancia que causaría el rechazo de la gente.

“En política son muy importantes las argumentaciones; deben ser organizadas y dirigidas a la persuasión”, explicó.

No obstante, Rojas Amandi dijo que en algunos campos de la política, como las campañas, la imagen y la presentación han logrado mayor peso que la argumentación. “Se requiere revalorar las habilidades retóricas de los actores políticos, ya que estamos tomando una cultura de formación de consensos”.

Destacó la importancia que tienen los medios de comunicación en la democracia moderna para la formación de ideas, convencimientos y persuasiones.

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