04-02-2014.- El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales para incluir que la Bandera Nacional deberá izarse a toda asta el 13 de agosto, Aniversario de la firma de los Tratados de Teoloyucan en 1914.

La adición al inciso A del artículo 18, será ocasión propicia para celebrar el centenario de la firma de dichos Tratados, precisa el dictamen aprobado en la sesión de hoy por 394 votos.

El documento de la Comisión de Gobernación refiere que los Tratados de Teoloyucan marcaron una nueva etapa de la Revolución Mexicana al dar cauce al orden de la Constitución que actualmente nos rige.

Al argumentar el dictamen el diputado del PRI, Gerardo Francisco Liceaga Arteaga, dijo que a casi una centuria de Teoloyucan, los tratados “ya no requieren de una violencia fratricida, sino que se logran a partir del consenso y reconocimiento de valores superiores a nuestras diferencias”.

Agregó que Teoloyucan significa el fin de un régimen y el inicio de una nueva legalidad basada en el reconocimiento de los derechos sociales de las personas, un régimen legitimado por su intención de reducir las desigualdades heredadas del porfirismo.

La suscripción de los Tratados de Teoloyucan fueron la base de la culminación del régimen usurpador de Victoriano Huerta, quien ordenara en 1913 la muerte de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, mencionó el legislador.

De Movimiento Ciudadano, la diputada Martha Beatriz Córdova Bernal, comentó que los Tratados de Teoloyucan concluyeron la segunda etapa del movimiento armado al haberse pactado la disolución del ejército federal y manifestándose la victoria del Ejército Constitucionalista encabezado por el Primer Jefe, Venustiano Carranza.

Sin embargo, exclamó, “vale la pena mencionar la contradicción que expresa el hecho de los tratados con el que actualmente se presenta cuando hay signos de una restauración autoritaria y existen similitudes con aquel viejo orden disuelto en Teoloyucan”.

En su turno, el diputado Carlos Octavio Castellanos Mijares (PVEM), abundó que los Tratados de Teoloyucan constaban de 11 claúsulas, entre las que destacan: el desalojo de las tropas de la Plaza del Distrito Federal, la disolución y desarme de las guarniciones en diversos estados y la ocupación de los Constitucionalistas.

La relevancia de estos Tratados, dijo, es de tal magnitud junto con la declaración de Independencia, el Himno Nacional y el Acta Constitutiva de Nación Mexicana que instauran constituyen los fundamentos de la patria; por ello, “historiadores consideran estos tratados como el acta de nacimiento del moderno ejército mexicano”.

También por Movimiento Ciudadano, el diputado Ricardo Mejía Berdeja comentó que su grupo parlamentario está a favor de que se honren fechas cívicas, pero, sobre todo, que se interprete el sentido de la historia y no solo se reciten efemérides o hechos históricos y que en la actuación pública nieguen su significado y traicionen sus propósitos.

“Queremos que se celebre la firma de los tratados de Teoloyucan, sobre todo, que se cumpla el propósito que los hizo efectivos al restablecer la vida republicana en México”, destacó el legislador.

El diputado Juan Carlos Uribe Padilla (PAN), proponente de la iniciativa, indicó que este hecho que sucedió hace casi 100 años permitió hacer valer la política sobre la fuerza; por ello, es que este hecho histórico tiene relevancia y tiene que ser reconocido a nivel nacional.

Indicó que conmemorar la firma de los Tratados de Teoloyucan mantiene vivo el verdadero sagrario de la patria, que es la memoria popular. “Somos como nación lo que nuestros hechos heroicos fueron. Nuestra historia se nos presenta como una larga cadena de grandes hechos y de grandes hombres, en la que unos son siempre el ejemplo a seguir para otros”, afirmó.

El documento señala que el asesinato de Francisco I Madero y José María Pino Suárez, en febrero de 1913, generó que ocupara la presidencia el general Victoriano Huerta, por lo que diversas facciones revolucionarias y gobernadores manifestaron su repudio, entre ellos, Venustiano Carranza.

Ante este acontecimiento, el 19 de febrero de 1913 el Congreso del Estado le autorizó a Carranza, quien era gobernador de Coahuila, formar al Ejército Constitucionalista y combatir al “gobierno usurpador”.

Tras este hecho, continuó el legislador, el 26 de marzo de 1913 se firmó el Plan de Guadalupe, el cual desconoce a Huerta. Una vez que se ocupó la Ciudad de México, Venustiano Carranza tomó interinamente la presidencia y se le dio el título de Primer Jefe.

Hacia julio de 1914 el avance de las fuerzas Constitucionalistas continuó hacia la Ciudad de México asentando su cuartel en el poblado de Teoloyucan, al norte de la capital del país.

El 15 de agosto, el Cuerpo del Ejército del Noroeste entró en la Ciudad permitiendo el ingreso triunfal de Venustiano Carranza instalando su gobierno para ocupar el cargo bajo el título de Primer Jefe del Ejército Constitucionalista encargado del Poder Ejecutivo de la Unión.

El dictamen se remitió al Senado de la República para sus efectos constitucionales.

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