24-11-2014.-

• Al rendir su informe legislativo, propone nueva Constitución que considere régimen político parlamentario
• Urge a actualizar preceptos de libertad, democracia, igualdad, justicia y desarrollo social
• Convoca a rescatar la política del desprestigio para hacerla una actividad digna, honorable y respetable

Al rendir su segundo informe de actividades legislativas, el diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, advirtió que el país vive el momento más grave de su historia, con “una decadencia política, una justicia podrida y una oligarquía que no tiene límites en su codicia y avaricia”.

México, dijo, es testigo del fin de un régimen de simulación democrática y de la emergencia de un “incipiente pero cada día más firme poder ciudadano”.

En tal sentido, consideró que para rescatar al país debe haber transformaciones profundas, como conformar un nuevo Constituyente para una nueva Constitución que promueva un régimen político parlamentario o semiparlamentario y se reconozcan y amplíen los derechos humanos de última generación.

Asimismo, se integre un capítulo especial anticorrupción, se adopte el Estado Social de Derecho; se incorpore un capítulo sobre desarrollo sustentable, medio ambiente y recursos naturales; se reconozca de manera expresa el “poder ciudadano” y la democracia participativa directa.

También, se restituya la explotación exclusiva de la Nación sobre los recursos del subsuelo, de manera especial, el petróleo; se actualicen y refrenden todos y cada uno de los preceptos de libertad, democracia, igualdad, justicia, desarrollo social, economía mixta, así como de propiedad privada, pública y social, reconocidos por las constituciones precedentes de 1857 y 1917.

Planteó, mediante iniciativa ciudadana, el reconocimiento constitucional de la revocación de mandato, “para dar por terminado, de manera anticipada un mandato popular, por causas de manifiesta incapacidad o incumplimiento grave de responsabilidades”.

Del mismo modo, propuso instaurar un Sistema Nacional Anticorrupción ciudadanizado y autónomo, con fiscalías, comisiones y entes públicos anticorrupción, integrados, presididos y operados por ciudadanos. Propuso también la apertura obligatoria y sin restricciones de las declaraciones patrimoniales de los servidores públicos de los tres poderes públicos y de los tres órdenes de gobierno, antes, durante y después del ejercicio del cargo público.

Igualmente, ampliar la extinción de dominio, figura existente para los casos de delincuencia organizada, pero que se extendería y aplicaría a los casos de enriquecimiento ilícito de los servidores públicos.

“También el Juicio de residencia; después de concluido el mandato de un Presidente de la República, gobernador o alcalde”.

En otra parte de su informe, Monreal Ávila indicó que México está de duelo “por el dolor de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa”, lo que a su vez detonó un malestar social acumulado durante más de una década de desapariciones forzadas, ejecuciones masivas, fosas clandestinas, desplazamientos colectivos y descomposición nacional.

Exigió la liberación de los 11 jóvenes detenidos durante la manifestación de apoyo a los normalistas de Ayotzinapa, el pasado 20 de noviembre y de seguir en prisión, adelantó, serán considerados presos políticos o de conciencia.

“También es un duelo porque el gobierno ha sido incapaz de enfrentar la raíz de esta crisis de inseguridad, que es la corrupción y la impunidad”, sostuvo.

Más adelante hizo un recuento de sus más de 20 años de trayectoria parlamentaria, en los que dijo haber sido testigo de momentos históricos, como la calificación cuestionada de la elección presidencial de 1988; las primeras interpelaciones en los informes presidenciales, la emergencia del primer gobierno federal dividido en 1997, con la pérdida del PRI de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, y también el regreso del PRI a la presidencia de la República.

“Pero confieso que en todos estos años nunca me había tocado vivir un momento de mayor riesgo y peligro como el que atraviesa la República en estos días. ¿Frente a qué estamos? ¿Frente a una urgencia coyuntural o ante una crisis institucional sistémica?”, cuestionó.

Habló de democracia simulada, la cual, afirmó, nació de un sofisma. “Creer que con la simple alternancia de siglas, de partidos y de personas, se alcanzaría un país más libre, más próspero y más justo, pero esa vana ilusión se convirtió en una cruel perversión, cuando se decidió excluir a la izquierda de cualquier posibilidad de arribar a la presidencia de la República”.

Destacó que esa democracia sirvió para que un sector bipartidista de la clase política arreglara sus diferencias y pleitos, “en lo que se llama circulación de las élites y para que emergiera una de las burocracias doradas más rapaces, inconscientes y corruptas del planeta”, en los tres órdenes de gobierno.

“¿De qué hablamos?... Hablamos de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de 600 mil pesos así como Magistrados y Consejeros Electorales con el mismo sueldo mensual, de gobernadores de 400 mil pesos y de alcaldes de 250 mil pesos al mes. De Senadores y Diputados y de toda la casta política y gobernante. Hablamos de esta insultante e injusta desestabilizadora desigualdad del ingreso”.

Mencionó que el producto más acabado fue el Pacto por México, “donde una élite de salón se dedicó a diseñar e imponer durante dos años un paquete de once reformas estructurales que solo deformaron al país”.

El legislador enumeró cada una de las reformas. De la laboral aseguró que precarizó el ingreso de los trabajadores y vulneró su fuerza de trabajo. La educativa, agregó, modificó la relación de trabajo entre el gobierno y los maestros, pero dejó de lado el núcleo de una educación de calidad, que es el contenido pedagógico, tecnológico.

“Una reforma de telecomunicaciones que se redujo a un ajuste de cuentas por el reparto de un pastel de más de 300 mil millones de pesos al año, pero no ha mejorado el servicio de telefonía ni el acceso al internet”.

Sobre la reforma financiera, comentó que solo encareció el crédito a empresas y personas y aumentó en 10 por ciento la cartera vencida del país. En tanto, dijo, la reforma de transparencia no pudo evitar ni castigar el negro conflicto de intereses en el gobierno.

Añadió que la reforma electoral fortalece “la partidocracia”, con la aceptación del principio de la reelección, pero que desconoce el derecho ciudadano a la revocación de mandato y deja en letra muerta la consulta popular y las candidaturas independientes.

A su vez, mencionó, la reforma fiscal debilitó el mercado interno, disparó la deuda pública y mantiene en la mediocridad el crecimiento económico. “Y la cereza negra del pastel: una reforma energética privatizadora”.

Movimiento Ciudadano, señaló, rechazó todas y cada una de estas reformas, por considerarlas lesivas para los mexicanos y para el país.

Subrayó que por todo lo anterior, estamos frente a un anticipado y sorpresivo fin de régimen. “Allí están dos salidas para un Jefe de Estado en crisis: o la renuncia de todo su gabinete, o elecciones anticipadas para adelantar su relevo e integrar un nuevo gobierno de coalición”.

Estamos a tiempo, afirmó, de rescatar a la Nación de la corrupción y la impunidad. “Estamos también a tiempo de rescatar la política del desprestigio y el descrédito, para hacer de ella una actividad digna, honorable y respetable. Estamos a tiempo de reencauzar a la Nación por el camino del progreso, la libertad y la justicia”, concluyó.

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