- Reformas a Carta Magna contribuyeron a la redistribución del Poder
- A casi cien años de su expedición, los principios de libertad, justicia, democracia y soberanía permanecen inalterables: CEDIP
- Necesario reordenar su texto, es tres veces mayor a cuando se promulgó: IIJ-UNAM
02-02-2016 El diputado César Camacho, presidente de la Junta de Coordinación Política, sostuvo que la Constitución de 1917 es un cuerpo vigente, útil y regulador del poder democrático, no obstante que ha sido modificado en un 81 por ciento desde su promulgación. Durante el Foro “México ante el Centenario de la Constitución: La Constitución nos Une”, aseguró que las principales reformas contribuyeron a la redistribución del Poder, dando origen a instituciones como el Banco de México, el Instituto Nacional Electoral, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, lo cual permitió delegar facultades que eran del Ejecutivo. Esta redistribución fue la respuesta del Poder a una demanda ciudadana de horizontalizar, es decir, democratizar el ejercicio del poder, introducir controles y echar mano de la frase “lo único que limita al Poder, es el Poder mismo”. “Para quienes me han preguntado si han servido las reformas y si han valido la pena, mi respuesta categórica es que sí” Durante un largo tiempo en promedio se realizaban 16 reformas por sexenio, no era casual, era el reflejo del poder político que entonces era cerrado y verticalista, es decir, con un partido hegemónico y único que cuando necesitaba promovía modificaciones constitucionales y tenía literalmente asegurada la aprobación. Agregó que es a partir de 1988 cuando se realizan en promedio 60 reformas por sexenio, mientras que en el mandato de Calderón se llevaron a cabo 110 modificaciones a la Carta Magna, “pero sin estas reformas no se habría abierto el poder político, para que este fuera más plural y ello enriqueciera el debate parlamentario, sin olvidar que desde el año 1997 ningún partido tiene mayoría en la Cámara de Diputados y desde el 2000 en el Senado de la República”. César Camacho subrayó que otras de las bondades de las reformas constitucionales ha sido robustecer al Poder Judicial, lo que llevó a revertir decisiones, establecer juicios de amparo o devolverle a la Suprema Corte de Justicia, su conformación con once ministros. El reto de conmemorar la Constitución es formidable; no tiene que ver con la veneración y culto a un objeto, sino considerar la historia constitucional, del Poder y la relación de quienes lo ejercen, lo otorgan y los ciudadanos a cumplir sus expectativas para fortalecer a las instituciones. “La mejor forma de honrar a la Constitución es mantenerla viva, no sólo en el sentido formal, sino práctico, útil, eficaz, importante con una situación apercibimiento que se encuentra vigente”. Por último, el presidente de la Jucopo destacó: “se debe huir de los excesos legislativos para dejar en la Constitución lo más granado de los principios, valores y normas; meter al orden a quien pretende salirse del todo, y ser el resultado de la deliberación libre, franca y bienintencionada. Evitar visiones partidistas, es decir, hacerlo por México para que mantenga su vanguardia en América Latina”. El director general del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP) Sadot Sánchez Carreño, consideró que el Centenario de la Constitución de 1917 “no es un límite ni una frontera, sino la oportunidad para que con una mirada renovada, repensemos cómo el proyecto de nación que le da forma y contenido, responde con eficacia los anhelos y las exigencias de nuestra sociedad cambiante”. La Constitución es, en esencia y origen, el pacto político primigenio que, además de darnos identidad nacional, es el conversatorio nacional para los acuerdos sociales. Si bien, a casi cien años de su expedición, los principios de libertad, justicia, democracia y soberanía permanecen inalterables, también lo es que el catálogo progresivo de los derechos humanos constituye un horizonte que se ha ampliado y cobra una mayor vigencia en nuestra democracia constitucional. También es pertinente, dijo, que la cultura constitucional explore la incorporación al sistema jurídico de alternativas legales para que a través de leyes constitucionales, leyes del desarrollo constitucional o el concepto que deba definirse, se actualicen para permitir una modernización y un permanente dinamismo al pacto político. “Esas nuevas leyes darían cabida al aspecto reglamentario de la Constitución y le dejarían a ésta las decisiones fundamentales”. Con ese propósito, la Cámara de Diputados ha invitado a este panel “México ante el centenario de la Constitución” para que a través de reflexiones ilustradas de los invitados se defina “un análisis de nuestro pacto político y las reflexiones que de él se deriven”. Héctor Fix Fierro, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, consideró necesario reordenar la Constitución y cambiar de lugar algunas cosas. “Hay defectos técnicos derivados de las reformas que se han hecho y su texto es tres veces mayor a cuando se promulgó en 1917”. Estimó importante agregar un preámbulo a la Ley Suprema, un resumen de los principios y valores que guían la vida constitucional de la nación, pues el actual es meramente burocrático. “Si se quiere celebrar el centenario de la Carta Magna en 2017, no puede ser con el texto actual. Además, revisar la Constitución daría más claridad a los debates legislativos. No se trata de crear obstáculos a su dinámica actual, ni de propuestas para modificar artículos, sino crear un instrumento ordenado”. “El 99 aniversario que está por celebrarse, es una oportunidad única para reflexionar sobre la Constitución que tenemos y la Constitución que quisiéramos tener”, agregó. También del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés Ríos, explicó que la Constitución debe adecuarse en algunos capítulos, ya que en su forma “son un desastre”. El instituto, refirió, sugiere hacer ajustes técnicos para homogenizar su contenido. “Si bien hacer adecuaciones no resuelve problemas, sí permite sistematizar las formas de manejar, adicionar e identificar qué es lo que se deberá reformar”. Resaltó que uno de los propósitos centrales de la Constitución es crear cohesión social. “Esa ley es un continuo y debe preocuparnos el orden que nos rige y los efectos que eso tiene sobre nuestra vida cotidiana porque, evidentemente, el mandato constitucional tiene un impacto en la vida social e individual”. “Ante la inminencia de su centenario, es importante señalar que la Constitución no se conmemora, sino se vive. Es un texto que nos habla del pasado, del presente y futuro de nuestra nación”, añadió. El director general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Francisco Valdés Ugalde, estimo que el Estado social sigue en las palabras pero “si nosotros vemos cómo funciona desde el punto de vista de los bienes públicos que teóricamente debería proveer, tenemos un desierto gigantesco desde la seguridad hasta el desarrollo agrario; desde las leyes del trabajo y la protección y la previsión social hasta el problema de la pobreza y el problema general del desarrollo económico”. Refirió que hay dilemas que enfrenta el sistema político mexicano a través de su constitucionalidad aunque no solo dependan de ello. Uno, dijo, es una crisis de representación, “la desconfianza profunda de la sociedad en sus actores políticos”; dos, una duda permanente acerca de la real vigencia del imperio de la ley. Y tercero, “si se quiere hablar de un Estado democrático no sólo debe ser electo democráticamente sino funcionar democráticamente, es decir, cumplir con sus responsabilidades constitucionales”. Resaltó que hoy nuestro Estado, por razones principalmente económicas y las políticas que lo inducen, no es capaz de proveer los bienes públicos que el país necesita para desarrollarse adecuada y armónicamente y hacer frente a sus problemas. Posteriormente, se llevó a cabo una guardia de honor ante el ejemplar original de la Carta Magna por el 99 Aniversario de la Promulgación de la Constitución de 1917, en el vestíbulo principal del recinto legislativo. -- ooOoo -- |