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Boletín N°. 0923 Ley prohíbe consumo de marihuana, pero no medicamentos con cannabidol: Cofepris
  • Esquema de regulación de medicamentos es robusto, sólido y permite garantizar calidad, seguridad y eficacia, afirma

 

  • Legisladores y especialistas discuten regulación sobre control sanitario, así como producción y comercialización

 

10-02-2016.- El marco regulatorio mexicano únicamente prohíbe el consumo de marihuana y el THC –sustancia activa de la planta-; sin embargo, al día de hoy, y derivado de diversos análisis, “no se ha encontrado que el cannabidol (CBD) esté prohibido ni los medicamentes que tengan dicha sustancia”.

 

Así lo señaló Leonardo Menes Solís, coordinador general Jurídico y Consultivo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), al participar en la mesa “Regulación en relación con su control sanitario”, como parte de las “Audiencias Públicas para las Alternativas de Regulación de la Marihuana”, a la que acudió el presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva.

 

Leonardo Menes precisó que la Cofepris, desde el 2009 y a la fecha, sólo ha emitido tres permisos de importación para medicamentes con la sustancia CBD. Además, se han concedido permisos para la importación de cannabidol y THC puros, además de medicamentos.

 

“La excepción de los permisos que se concedieron en esta ocasión fue porque los productos sólo contenían cannabidol y éste no está en las prohibiciones expresas de las sustancias contempladas en la Ley General de Salud actualmente”, explicó.

 

Sobre la regulación de medicamento a base de marihuana, mencionó que se tienen tres protocolos de investigación autorizados, por parte de Cofepris, al Instituto Nacional de Cancerología y que “hoy por hoy está permitiendo la legislación aprobarlos, para efectos de investigación”.

 

Recalcó que “la legislación actual nos da para esto, y el sistema de registro de medicamentos, también. En el caso de una regulación de esta sustancia para permitir su uso terapéutico, efectivamente la Cofepris estaría lista, de acuerdo con sus sistemas de procesos, para poder regularlo”.

 

Menes Solís argumentó que el esquema de regulación de medicamentos de la Cofepris es robusto, sólido y permite garantizar la calidad, seguridad y eficacia de los productos que se comercializan en el país, ya sean nuevos o los que llegan al mercado como genéricos y tengan la eficacia terapéutica que ellos mismos declaran.

 

En 2015, dijo, la Cofepris emitió el permiso sanitario solicitado del producto que contenía CBD, para atender una problemática muy específica de una paciente. A partir de eso, recientemente se emitieron dos permisos más para otro tipo de productos que únicamente incluye el CBD.

 

La marihuana comprende alrededor de 750 sustancias químicas, de la cuales 104 son cannabidoles y algunas de éstas han demostrado, en otros países, tener efectos terapéuticos cuando se sintetizan como medicamentos, es decir, cuando se lleva a cabo todo el proceso de evaluación, seguridad y eficacia.

 

El diputado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez (PVEM) señaló que el tema de la marihuana está relacionado con la salud pública; por ello, apuntó, “las regulaciones jurídicas y políticas públicas que se efectúen al respecto, deben darse en esos términos y exclusivamente así”.

 

Indicó que la alternativa más viable y responsable es la solicitud ciudadana de legislar el consumo de marihuana que este marcado con fines médicos y terapéuticos.

 

“El PVEM ha reflexionado sobre los beneficios de utilizarla para la salud, más allá del acto lúdico, y ha conciliado que esta (hierba) puede llegar a ser de mucha ayuda en tratamientos relacionados con dolores intensos, síntomas propios de enfermedades graves y en muchas ocasiones incurables, dadas las propiedades de la planta como analgésico, antinflamatorio y ansiolítico, contribuyendo con ello a la mejora de la calidad de vida de los pacientes”.

 

No obstante, reafirmó la postura de que la marihuana debe proporcionarse a los pacientes, siempre y cuando demuestren que físicamente son candidatos a un tratamiento de este tipo. Asimismo, consciente de las implicaciones médicas que tiene la marihuana inhalada, propuso priorizar su uso únicamente bajo derivados sintéticos.

 

Enfatizó que de legalizar el uso de la marihuana con fines médicos, se deben seguir los esquemas de control y arbitraje estipulados a nivel internacional. “Un primer paso para avanzar en la discusión sobre los usos médicos, es reflexionar sobre los mismos, insistiendo que eso no indicará la legalización del consumo en otros ámbitos ni la despenalización de la producción”.

 

Por el PAN, el senador Francisco Salvador López Brito se congratuló de que diputados y senadores tengan un análisis reflexivo con académicos, investigadores, especialistas y sociedad sobre el tema de regulación de la marihuana, que permita en poco tiempo valorar qué cambios requiere el tema en el México actual.

 

Rafael Camacho Solís, representante de la Secretaría de Salud, afirmó que en la regulación de la marihuana se debe mantener la visión médica; por ello, se requiere una reforma inmediata de la Ley General de Salud, a fin de permitir la importación de productos terapéuticos elaborados con sustancias derivadas de la cannabis.

 

Sostuvo que la venta de la marihuana debe hacerse a jóvenes mayores de 21 años, ya que la corteza cerebral, la cual se encarga de tomar las decisiones y los juicios, logra a esta edad su madurez. El uso de la marihuana no se debe visualizar como un negocio, sino como un aliado en el tratamiento de enfermedades como depresión, esclerosis múltiple, dolor excesivo, anorexia, lesiones de médula espinal, cáncer y epilepsia, entre otras.

 

Es fundamental que la ley determine que la comercialización de los productos canaábicos tendrá un carácter la temporal, esto es mientras la autoridad sanitaria construye la regulación del cultivo y promueve la investigación científica de estas sustancias.

 

Alejandro Madrazo Lajous, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), señaló que el sistema de control sanitario que encabeza la Cofepris no sirve para regular un mercado como la marihuana, porque esta dependencia no fue diseñada para ello.

 

La Cofepris podría ser de utilidad en la supervisión de los productos farmacéuticos de compañías, elaborados con sustancias derivadas de la marihuana, ya que estas industrias son menos en comparación con la verificación del autoconsumo, clubes cannábicos y dispensarios médicos.

 

Madrazo Lajous subrayó que en la regulación de la marihuana se debe reflexionar en los errores que se han tenido en el control del consumo del tabaco, con la finalidad de que no se criminalice a los consumidores a costa de su salud; asimismo, propuso que se elabore un ordenamiento sencillo, claro y sin ambigüedades que permita sistematizar la información que contribuya a la evaluación de las políticas públicas.

 

Al participar en la mesa “Regulación adecuada para la producción, distribución y comercialización de la marihuana”, Fernando Belauzarán Méndez, ex diputado federal, enfatizó que la regulación de la marihuana es apremiante, pues los resultados del prohibicionismo han sido desastrosos, ya que han generado una espiral de violencia absurda, una crisis de derechos humanos similares a los de una guerra civil.

 

Explicó que el propósito de la regulación del uso de marihuana es evitar que sus consumidores tengan contacto con la delincuencia, la represión, la extorsión policiaca, y acaben en la cárcel y también impedir accedan a sustancias más tóxicas en el mercado negro.

 

Reiteró que la venta de drogas en un sistema corrupto es un negocio rentable; por ello, continuó, es necesario diseñar un ordenamiento que permita avanzar en la despenalización efectiva, ya que no basta modificar la tabla en las cantidades de consumo, también se requiere terminar con la prevención de su uso en los jóvenes basada en el miedo y el temor.

 

El empresario Luis David Niño de Rivera Cover destacó que la regulación de la marihuana no sólo es posible, sino que “podemos hacerlo de tal manera que nos volvamos un ejemplo a seguir para el resto del mundo en temas económicos y de derechos humanos. Los mexicanos tenemos la posibilidad de diseñar una logística nacional y hacer de la marihuana una industria benéfica para la sociedad, y que eduque a la sociedad del daño de este y otros productos”.

 

La prohibición representa un gasto inaceptable y catastrófico para el país, no sólo en términos económicos sino humanos, por los muertos y familias incompletas que han dado en la última década; sin embargo, el consumo de este producto no se ha abatido, sino se ha incrementado en la juventud y adultos, aseguró.

 

Resaltó que los mercados negros no sólo existen en la drogas, ya que cualquier producto que tenga poca o nula regulación sufrirá los efectos de estos ámbitos. Al regular este producto y permitir su comercialización, se vuelve viable hacer de la marihuana una industria honesta y separada de servicios más peligrosos y dañinos a la salud; sin embargo, “una buena regulación no es barata, necesitamos crear un organismo regulador, contratar y capacitar a gente que lo haga operar”.

 

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