• Diputados y especialistas llaman a garantizar la conservación de los recursos naturales e implementar una política de ordenamiento territorial

• Es inaplazable tomar medidas para evitar una catástrofe ambiental: Valles Mendoza; explotación de recursos naturales, en estado crítico, advierte

15-03-2017.- En la presentación del libro “México, un Estado sin tierra. Hacia una propiedad pública de la tierra en Áreas Naturales Protegidas”, de Gabriel Quadri, diputados y especialistas externaron su preocupación por asegurar la conservación del patrimonio natural y la biodiversidad, y hacerle frente a los desafíos que impone el cambio climático, la sobrepoblación y la contaminación.

El coordinador del grupo parlamentario de Nueva Alianza, diputado Luis Alfredo Valles Mendoza, afirmó que la actual problemática en la conservación ambiental y explotación inadecuada de los recursos naturales, se encuentra en estado crítico.

Refirió que se han impulsado diversas acciones legislativas con la finalidad de contrarrestar dicha situación, garantizando el equilibrio del territorio y protegiendo su biodiversidad. “Si bien se han obtenido resultados favorables, es una tarea que nunca termina y aún se tienen pendientes en la materia”.

México es uno de los cinco países con más especies y ecosistemas, es megadiverso. Tiene el 12.21 por ciento de los mamíferos del mundo; el 11.82 por ciento de las aves, y el 11.99 por ciento de cangrejos y camarones, detalló.

Sin embargo, sostuvo que esta realidad se encuentra amenazada por la falta de regulaciones claras en materia de conservación de áreas naturales protegidas y la gestión adecuada de la tierra y de los territorios, lo que ha llevado a la pérdida de grandes extensiones de bosques, selvas y matorrales. Tan sólo entre el 2000 y 2005, se estima una pérdida anual de 260 mil hectáreas de bosques y selvas.

Las consecuencias de este uso inmoderado del territorio se traduce en la existencia de 33.5 millones de hectáreas de bosque templado y 32.1 millones de selvas, cuando originalmente habían cien millones; había 700 mil hectáreas de manglar y se perdió cerca del 10 por ciento entre 1981 y 2005; por ello, afirmó, es inaplazable tomar las medidas pertinentes parta evitar una catástrofe ambiental y crear políticas públicas eficientes en materia territorial y conservación.

Valles Mendoza destacó que la propuesta para atacar este mal se encuentra plasmada en el libro “México, un Estado sin tierra”, en donde se analiza la problemática que se vive el Estado mexicano en relación a la conservación del patrimonio natural y la biodiversidad que “nos caracteriza frente al mundo”.

Uno de los puntos torales que aborda, es el referente a las tres modalidades de propiedad de la tierra; el cómo de manera paulatina el Estado fue perdiendo la totalidad de su patrimonio ante el furor agrarista y las ramificaciones ejidales, “sin pensar en un sistema de propiedades federales para la conservación, la perpetuidad de los bosques, parques nacionales y recursos naturales”.

De esta manera, agregó, el reparto de tierras que se dio a partir del Siglo XX se centró más en la impartición de justicia social antes que la implementación de una auténtica política pública de conservación y ordenamiento; prueba de ello, expuso, es la existencia de cerca de 33 mil núcleos agrarios, de los cuales 29 mil 500 son ejidos y dos mil 360 comunidades.

El diputado resaltó que esto ha llevado a una clara vulnerabilidad de los ecosistemas, debido al valor agropecuario y potencial de cada parcela de bosque, propiedad de ejidos y comunidades; en ese sentido, continuó, el único instrumento formal con el que se cuenta son las Áreas Naturales Protegidas, ya que establecen límites y modalidades al derechos del ejercicio de la propiedad.

No obstante, dijo, el libro menciona dos elementos contractuales que pueden llegar a ser de gran alcance: el pago de servicios ambientales y la servidumbre de conservación.

Planteó fortalecer las capacidades administrativas, jurídicas y operativas para el manejo de las tierras públicas, centradas en un trabajo coordinado por diferentes instituciones del Estado y garantizar la conservación de los recursos naturales y la implementación de una política de ordenamiento territorial que ataque de raíz los males que han socavado hasta hoy la biodiversidad.

Francisco Javier Pinto Torres, diputado Nueva Alianza, expresó que este libro invita y provoca serias reflexiones, ya que muy pocas personas saben cuál es el estatus del territorio mexicano. “Es un texto novedoso, arriesgado y pionero para hacer frente a los desafíos que se tienen, como el cambio climático, sobrepoblación, contaminación y conflictos que de ellos emanan”.

Gabriel Quadri de la Torre, autor del libro coeditado por la librería Miguel Ángel Porrúa, señaló que el territorio mexicano es privilegiado por la extraordinaria riqueza en ecosistemas y especies, ya que tiene casi todas la manifestaciones naturales del planeta.

No obstante, cuestionó lo que se ha hecho y ha pasado con la tierra, dado que desde el siglo XIX se repartieron decenas de millones de hectáreas; es decir, el 80 por ciento se entregó en forma de ejidos, comunidades, colonias y pequeñas propiedades.

Indicó que en México todas las áreas naturales protegidas, parques nacionales y reservas son propiedad privada, pues son ejidos o comunidades o patrimonio individual. La diferencia con EU es que el Estado “es dueño de más de la tercera parte del territorio nacional y lo conservó para sí y tuvo la visión de hacer parques nacionales y monumentos naturales, y manejar tierras públicas para acrecentar el poder del Estado”.

En cambio, añadió, en el territorio mexicano, el 55 por ciento de la tierra es ejidal y comunal; 40 por ciento es propiedad individual o colonias, el resto zonas urbanas y un pequeño porcentaje, es decir entre el 1 y 2 por ciento, son tierras nacionales o públicas. A pesar de ello, apuntó, en México la inmensa mayoría de los ciudadanos no tienen derecho a la tierra.

Hizo votos por remediar esta situación, pues no se puede asegurar la conservación a perpetuidad del territorio nacional, porque están los intereses individuales, privados, ejidales y comunales. “Es imposible garantizar que a perpetuidad se va a conservar la biodiversidad o un parque nacional si es propiedad privada”.

El autor refirió que la única forma de abatir la pobreza en las zonas naturales es a través del turismo y ello se logra estableciendo propiedades públicas como núcleo de conservación y de actividades turísticas.

Hizo votos por dar reversa a los aspectos más agresivos de la Reforma Agraria; es decir, construir pronto una contrarreforma que ayude al Estado recuperar para sí y todos los mexicanos un acervo territorial relativamente significativo en las áreas naturales protegidas y los parques nacionales y reservas de la biosfera, ya sea comprando la tierra o expropiándola.

Planteó fortalecer a la gendarmería ecológica, pues es muy precaria, así como crear un Fideicomiso Nacional de tierras para la conservación cuyo objetivo sea comprar o expropiar los terrenos, y transferirlos al patrimonio del país, el cual podría ser financiado por un impuesto al carbón, a las gasolinas o de fondos internacionales.

El presidente del Partido Nueva Alianza, Luis Castro Obregón puntualizó que este libro –del que también es coautor, Paulo Quadri- es “provocador, arriesgado y valiente”. Además, está elaborado por excelentes ambientalistas y plantea excelentes soluciones.

Subrayó que la obra llama a los tres Poderes, sociedad civil y partidos a recuperar sus derechos y devolver el territorio al Estado mexicano. “Para que los recursos naturales sean de los mexicanos, no se le puede dejar en manos del mercado y de los dueños individuales o colectivos”.

-- ooOoo --