17-03-2017.- El presidente de la Comisión de Reforma Agraria, diputado Jesús Serrano Lora (Morena), dijo que es necesario reactivar al campo, a fin de poder generar empleos para los connacionales que emigraron a los Estados Unidos y ahora regresan a sus lugares de origen.

En reunión de trabajo, en la que se acordó realizar en la primera semana de abril, el Seminario “La participación del Estado en el Desarrollo Agrario”, el legislador señaló que el campo está en total abandono, a pesar de que México cuenta con una gran extensión de tierra para cosechar. Mencionó que el país importa casi el 50 por ciento del maíz que consume, lo cual “es una aberración”.

Agregó que las acciones del gobierno estadounidense “nos están abriendo los ojos para voltear hacia otras naciones, al oriente, a Europa, para que no dependamos del vecino país”.

A la reunión asistieron investigadores del Colegio de Postgraduados (Colpos), perteneciente a la Secretaría Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para definir algunos temas que se abordarán en el Seminario.

El investigador del Colpos, Higinio López Sánchez, destacó la necesidad de impulsar y proteger la agricultura familiar, ya que en México 28 millones de personas tienen una alimentación deficiente y 28 por ciento de los hogares presenta inseguridad alimentaria.

Advirtió que para 2050, la producción agrícola deberá aumentar 100 por ciento en Latinoamérica. “Lo podemos lograr, pero sin centrarnos en el maíz, sino ampliando la visión”. Propuso hacer más productiva y sostenible la agricultura familiar, y atender las necesidades del productor con técnicas, fertilizantes, biofertilizantes y semilla mejorada, entre otros apoyos.

El gobierno, continuó, debe invertir en sistemas de investigación y desarrollo que generen modelos de producción con innovaciones tecnológicas, calidad e inocuidad de alimentos y agregación de valor, y buscar mecanismos para lograr un precio adecuado que aumente la ganancia de los productores.

De la misma institución, Amalio Santa Cruz Varela señaló que el rendimiento potencial por hectárea en México es de 20 toneladas; sin embargo, la agricultura de riego produce, en promedio, nueve toneladas por hectárea, y la de subsistencia o de temporal 2.1 toneladas, lo que “deja un espacio muy considerable para trabajar”.

Se pronunció por mejorar las condiciones de las áreas de temporal, desarrollar sistemas de captación de agua y proteger los cultivos de plagas y enfermedades, ya que la capacidad de cosecha se determina por las características de las plantas, sus variedades y el ambiente de producción.

En este sentido, indicó que el mejoramiento genético puede aumentar el rendimiento un 3 o 4 por ciento al año, al menos, y combinado con prácticas de manejo de captación de agua, ataque de enfermedades con extractos vegetales, polvos minerales y biofertilizantes. “Tenemos mucho qué ganar”, dijo.

María del Carmen Mendoza Castillo, investigadora del Colegio de Postgraduados, destacó la importancia de aprovechar el potencial del maíz en programas de combate a la pobreza y desarrollo, pues aporta hasta 55 por ciento de las calorías y 22 por ciento de la proteína que requiere un individuo. Agregó que un mexicano consume, en promedio, 123 kilos de maíz por año, 23 veces más que arroz y tres veces más que trigo.

Precisó que, en México, 70 por ciento del total del maíz lo producen 3.8 millones de pequeños productores, núcleos agrarios con menos de cinco hectáreas, que trabajan el 75 por ciento de las variedades nativas de maíz y no utilizan variedades mejoradas.

“Hay mucho conocimiento generado, hay material genético con cierto nivel de mejora, cuya base han sido los maíces nativos que se pueden trabajar con los productores, apoyándolos en la mejora de su alimentación y su bienestar en general”´, puntualizó.

El Seminario será organizado por la Cámara de Diputados, el Senado de la República, las universidades Autónoma Chapingo y la Autónoma Agraria “Antonio Narro”. En el evento, planeado para los días 5, 6, 7, y 8 de abril, se prevé la participación de la UNAM, y UAM, IPN y organizaciones campesinas.

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