- El colapso en los sistemas de salud, económicos y educativos significa un reto sin precedentes: diputado Montalvo Luna
- Cinco millones de estudiantes no se inscribieron porque deben apoyar la economía familiar: diputada Hernández Pérez
El diputado José Luis Montalvo Luna (PT) inauguró el Congreso Internacional: Desafío de la educación en tiempos de la pandemia COVID-19, con el propósito de analizar el panorama de América Latina “ante la crisis sanitaria sin precedentes por la que está atravesando todo el mundo”. Destacó que será un espacio para deliberar sobre la manera de afrontar la nueva realidad de los sistemas educativos regionales y encontrar soluciones que garanticen el acceso equitativo e inclusivo a la educación. Explicó que la pandemia no solamente colapsó los sistemas de salud y económicos del mundo, sino también los educativos y esto, dijo, significa un reto sin precedentes para autoridades, instituciones educativas, docentes, padres y estudiantes. Reconoció que las tecnologías comunicacionales hicieron posible continuar las clases de manera telemática, así como diversos programas del Gobierno Federal para que las principales cadenas televisivas transmitieran contenidos educativos. Indicó que, si bien la tecnología ha sido un factor determinante para que la educación no se detenga completamente, la falta de acceso a ella incrementa la desigualdad, por lo que se implementó que escuelas públicas de todos los niveles en zonas de mayor marginación tengan Internet. Mencionó que, según el INEGI, en 2019 y 2020, 436 mil estudiantes manifestaron no acabar sus estudios por la pandemia y falta de dinero. Entre los principales motivos para no inscribirse destacan que las clases a distancia no facilitan el aprendizaje, falta de computadora y desempleo de los padres. “Las reformas aprobadas en esta Legislatura atienden esas problemáticas”, sostuvo. La diputada María Eugenia Hernández Pérez (Morena), secretaria de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, refirió que por la crisis sanitaria hubo cierre de escuelas, dificultades en la educación a distancia, deserción y bajos niveles de aprovechamiento, lo que agrandó la brecha de desigualdad y rezago de millones de alumnos. Señaló que cinco millones de estudiantes no se inscribieron al ciclo que inicia, por tener que apoyar la economía familiar, y “aún falta hacer un balance de los efectos del confinamiento en el aprovechamiento escolar”. Consideró que el desafío es recuperar el tiempo perdido, consolidar los conocimientos, sin olvidar la situación mental y emocional, para lo cual es necesaria la coordinación entre autoridades educativas y de salud. Agregó que el COVID-19 obligó a las y los profesores a aprender las nuevas tecnologías. “Tenemos que pugnar por una soberanía tecnológica, porque si no, la brecha entre los países pobres y ricos será más amplia”. Planteó la organización entre alumnos, padres de familia y gobierno para enfrentar el reto del uso, adquisición y distribución de herramientas tecnológicas. Especialistas de México y América Latina Andrea Figueroa de Vera, empresaria, al relatar su experiencia laboral, consideró que “durante las emergencias se debe iniciar con las herramientas con que se cuente, no esperando lo que los demás nos puedan dar, sino tomando lo poco que se tiene en las manos y salir adelante”. Agregó que “los obstáculos son mentales, las personas tienen la fuerza de emprender y avanzar en su vida. Hay esperanza, no importa el tiempo que estemos viviendo; en las crisis es donde se generan las mejores oportunidades”, subrayó. De manera virtual, el doctor Gabriel Kost, rector de la CELA International University en Miami, Florida, explicó que esta pandemia nos ha dado experiencias porque se han logrado cosas que la humanidad no pensaba que podría hacer. Hay desafíos que nos llegan a plantear nuevas metas y estrategias; sin embargo, cuando se hacen alianzas se pueden llegar más lejos, aseveró. Consideró necesario implementar la tecnología y actualizar el campo educativo. “Ahora, durante y después de la pandemia, sabremos que tenemos más experiencias y sabremos cómo llevar la educación a quienes no la tienen”. El secretario de Asuntos Internacionales del Instituto de Estudios Antillanistas “General Gregorio Luperón”, de la República Dominicana, Juan Belén, cuestionó qué porcentaje de estudiantes puede regresar a las aulas. “Tengo mucha duda de que, por lo menos, pueda llegar a 50 por ciento y me atrevo a asegurar que esa puede ser la media de América Latina” Indicó que entre los principales retos para volver a la escuela está identificar a quienes no tuvieron acceso a la conectividad y crear mecanismos para no calificar materias, sino trabajar con esos estudiantes. Además, conformar espacios de apoyo socioemocionales para maestros y profesores porque no se sabe cuántos cayeron en depresión, ansiedad o paranoia, consideró. Verónica Lucía Cozzi Vilchez, directora de “Psicoespacio”, de Costa Rica, dijo que la pandemia originará que toda una generación no tenga oportunidades. Señaló que antes del COVID-19 había 258 millones de alumnos fuera de la escuela, deserción y muy baja calidad educativa, por lo cual “América Latina está muy alejada de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, que compromete a que niñas, niños y jóvenes terminen la enseñanza primaria y secundaria gratuita, equitativa y de calidad”. Planteó garantizar políticas sociales para docentes y padres de familia que acompañen el proceso educativo. “Sin autocuidado, sin condiciones mínimas para presentarse en el aula con una condición mental, emocional y económica sana, difícilmente se podrá apoyar a las y los estudiantes”. Previo a la clausura, se entregó un reconocimiento a los especialistas que participaron en el seminario. Además, Felicia María Sánchez Pimentel, entregó una proclama enviada por el concejal de Nueva York, Rubén Díaz. --ooOoo— |