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Los diputados Javier Herrera Borunda, Miguel Ángel Sedas Castro y Leonardo Rafael Guirao presentaron a esta Cámara un punto de acuerdo de urgente resolución para revertir las condiciones adversas de los productores de café, quienes enfrentan la caída del precio del grano y las plagas en los cultivos. Hicieron un llamado para que se busquen mecanismos legislativos encaminados a mejorar las condiciones, ya sean técnicas o presupuestales, que garanticen el respaldo a la cafeticultura, como una de las actividades preponderantes en el sector económico primario. El vicecoordinador de la bancada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Javier Herrera Borunda, sostuvo que el país ocupa el undécimo lugar en la producción de café y el primero en el aromático orgánico, con más de 700 mil hectáreas. Indicó que entre las entidades de mayor aportación destacan Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Nayarit, Colima, Jalisco, Querétaro y el Estado de México. Veracruz ocupa el segundo lugar, con una aportación de 18 por ciento, y junto con Chiapas producen 68 por ciento del total, que significa un millón 287 mil toneladas de café en todo el país, destacó. De acuerdo con cifras del Sistema Producto Café, dijo, 62 por ciento de los agricultores cuentan con menos de una hectárea de cultivo, lo que genera baja productividad. Sin embargo, agregó, la producción nacional es de 4.7 millones de quintales, de los cuales 80 por ciento se destina a la exportación. El llamado de los legisladores del PVEM se debe a que en los últimos años la producción de café se enfrenta a graves problemas, como la caída del precio y la presencia cada vez más acentuada de plagas, como la broca y la roya, en los campos de cultivo. Tan sólo en el ciclo 2014-2015, alertaron, la producción se desplomó en casi 58 por ciento como consecuencia de la roya, es decir se dejaron de producir 2.5 millones de quintales, que es el impacto negativo más grave del que se tiene registro desde la aparición de esta enfermedad en Centroamérica en 1976. Consideraron urgente el diseño de políticas públicas que reviertan esa situación, ya que a pesar de que existe una declaratoria de emergencia -decretada en abril pasado- y programas de combate a la plaga y atención a los productores de café, no ha sido suficiente para frenar los efectos negativos. /gh/m |
