A pesar de que en los últimos 20 años la participación de las mujeres en la política ha crecido, todavía hay “estereotipos” o “inercias” con los que éstas tienen que enfrentarse para alcanzar un cargo y ejercerlo plenamente. Así lo advirtieron Patricia Mercado, secretaria de Gobierno de la Ciudad de México; Cecilia Soto, diputada federal por el PRD, e Ivonne Ortega, exgobernadora de Yucatán, quienes señalaron que el hecho de que actualmente sólo haya una gobernadora en el país —Claudia Pavlovich, de Sonora— es apenas un ejemplo de cuánto le falta avanzar a México en materia de igualdad de condiciones para participar en la vida pública. “Aun cuando tenemos paridad en las candidaturas (…) los presídiums todavía están dominados por hombres. El presidente del Congreso es hombre, el presidente del tribunal es hombre... sigue siendo un problema de romper inercias”, dijo Soto, quien en 1994 fue candidata a la Presidencia de la República por el PT. La entrevista con la legisladora se realizó días antes de que el panista Javier Bolaños dejara la presidencia de la Cámara de Diputados para dejar su lugar a su compañera Guadalupe Murguía, como parte del acuerdo que el PAN alcanzó en noviembre para que ambos se dividieran un año al frente de la Mesa Directiva de San Lázaro. La última vez que una mujer presidió la Cámara baja fue en 2006, cuando la entonces perredista Ruth Zavaleta ocupó dicha posición. A lo largo de las últimas dos décadas —desde que se establecieron las cuotas de género en la asignación de candidaturas al Congreso—, las cámaras son uno de los espacios donde es posible ver cómo ha crecido la presencia de las mujeres en la política. Hoy, 213 de las 500 curules de la Cámara de Diputados son ocupadas por mujeres (42.6%), mientras que en el Senado tienen 48 de los 128 escaños (37.5%), cifras históricas en México. Sin embargo, los números contrastan con lo que se observa en otras áreas, como el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto, donde sólo tres dependencias son encabezadas por mujeres: la Secretaría de la Función Pública (SFP), donde está Arely Gómez; la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), dirigida por Rosario Robles, y la Secretaría de Cultura, liderada por María Cristina García Cepeda. Mercado, quien ocupa el segundo cargo en importancia en el gobierno capitalino y también fue candidata a la presidencia en 2006 postulada por el partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, consideró que esta es otra señal de los estereotipos que se necesita romper. “Somos una sociedad que todavía camina por estereotipos, donde las mujeres van a la casa y los hombres a la calle; las mujeres, al cuidado de los hijos, de los viejos, los enfermos, y los hombres, a la política”, dijo la funcionaria capitalina, quien aseguró que desde joven se ha dedicado a tratar de cambiar visiones. Por esa razón, afirmó, en su juventud decidió no quedarse en su natal Sonora para casarse y tener hijos, sino que optó por comenzar una vida como activista, que la ha llevado hasta donde se encuentra ahora. "La tarea era servir el café..." Soto mencionó otros ejemplos de los estereotipos que limitan a las mujeres en la política. Uno de ellos, dijo, es que a las mujeres se les sigue encasillando en temas considerados propios del hogar, el cuidado de los hijos o la política de género, cuando ésta tendría que ser atendida tanto por mujeres como por hombres. “Yo inicié completamente ignorante de los temas de género y me molestaba que, cada vez que yo entraba a un partido, me encargaran el tema de las mujeres, porque el tema de las mujeres era servir el café u ocuparse de temas que a mí me parecían, por ignorante, poco significativos, como el tema de los cuidados o las guarderías, pero es un tema que debemos aprender en la política mexicana”, señaló. Y en el Congreso, si bien ha crecido la presencia de mujeres en las cámaras, aún no se observa un trato igualitario en la distribución de responsabilidades.Por ejemplo, de las 64 comisiones legislativas que hay en el Senado, solamente 20 están presididas por mujeres, entre las que se encuentran la Comisión de Igualdad de Género, cuya titular es Diva Gastélum (PRI); Contra la Trata de Personas, dirigida por Adriana Dávila (PAN); de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, comandada por Martha García (PAN), y la de Cambio Climático, presidida por Silvia Garza (PAN). Únicamente tres de las comisiones consideradas más importantes son presididas por mujeres: Gobernación, que encabeza Cristina Díaz (PRI); Justicia, con Pilar Ortega (PAN), y Migración, con Layda Sansores (PT). En la Cámara de Diputados, de las 56 comisiones ordinarias, 17 están encabezadas por mujeres. Entre ellas están las de Igualdad de Género, encabezada por Laura Plascencia (PRI); Seguridad Social, por Araceli Damián (Morena), y de Educación, por Hortensia Aragón (PRD). Las comisiones que tienen mayor peso y son presididas por mujeres son Gobernación, con Mercedes del Carmen Guillén Vicente (PRI); Energía, con Georgina Trujillo (PRI), y Hacienda y Crédito Público, con Andrea Cruz (PAN). Discriminación de alto nivel Ortega, quien es diputada por el PRI en esta Legislatura —pero pidió licencia en enero para medir sus posibilidades de competir por la presidencia en 2018—, señaló al respecto que las mujeres siguen siendo discriminadas en los cargos públicos, a pesar de que tienen capacidad de aportar a la política una sensibilidad y perspectivas que no tienen los hombres. “Las mujeres, cuando queremos participar, tenemos tres condiciones de discriminación: ser mujer, ser joven y ser de un pueblo”, dijo la exgobernadora de Yucatán (2007-2012) y exsecretaria general del PRI, al explicar que esto obliga a las mujeres a esforzarse más para ser tomadas en cuenta en la arena política. Mercado coincidió en que las mujeres también encaran más retos que los hombres. Menciona como ejemplo que cada mujer que entra a la política tiene una agenda que busca impulsar y, cuando menos en ocasiones, al mismo tiempo trata de empujar otros asuntos que interesan a este sector de la población, como la interrupción legal del embarazo o la búsqueda de mejores condiciones de trabajo. “Algunas de ellas tienen su día laboral o su trabajo legislativo, como presidenta municipal o en alguna función pública, pero dedican alguna parte de sus prioridades a ver cómo se avanza en el reconocimiento de derechos para las mujeres, contra la segregación o en la inclusión de las mujeres", dijo la funcionaria. ar/m |