La diputada Nayeli Salvatori Bojalil, integrante de la Comisión de Juventud y Diversidad Sexual, impulsa un punto de acuerdo para exhortar a los gobiernos federal y estatales, a adoptar un programa de apoyos económicos o en especie para jóvenes que realizan su servicio social dentro de alguna dependencia o institución gubernamental. La legisladora expuso que el servicio social, en su origen, fue una manera de retribuir a la sociedad el aprendizaje obtenido en los sistemas educativos financiados o subsidiados con recursos públicos, pero de ninguna manera debe ser visto como un medio de explotación laboral o trabajo gratuito prescindible. Explicó que se trata de una actividad obligatoria y temporal que permite a los estudiantes llevar a la práctica lo aprendido, consolidar su formación académica, desarrollar nuevos conocimientos y habilidades profesionales, fomentar un alto sentido de solidaridad social y de compromiso con su comunidad. Sin embargo, “la realidad de los jóvenes es compleja, pues enfrentan graves carencias durante su etapa escolar, desempleo, informalidad o bajos salarios después de graduarse”, resaltó. En su propuesta, turnada a la Comisión de Juventud y Diversidad Sexual, la diputada del partido Encuentro Social precisó que los jóvenes son vulnerables a la pobreza y carecen de recursos económicos suficientes para sus actividades curriculares y, peor aún, si tienen que trasladarse a un sitio distinto al de su universidad para hacer su servicio social, pues también deben contemplar gastos de transporte y alimentación. Sostuvo que si las familias hacen sacrificios por la educación, es necesario buscar mecanismos que ayuden a los estudiantes a integrarse en el mercado laboral en condiciones que les garanticen un mejor futuro. Salvatori Bojalil refirió que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer trimestre del año pasado 15 millones de jóvenes de 15 a 29 años se encontraban ocupados; sin embargo, 60.6 por ciento (nueve millones) permaneció en el sector informal. Citó que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que 19.8 por ciento de los jóvenes desocupados se identifica con la falta de experiencia laboral; mientras que, del total de los no económicamente activos --poco más de 16.2 por ciento-- declaró disponibilidad para trabajar, pero no lo busca porque piensa que no tiene oportunidad para ello. En tanto, añadió, para la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) de los jóvenes que ingresan a una licenciatura o ingeniería en una escuela pública, sólo la mitad logra titularse. En instituciones particulares, lo hace 66 por ciento, lo cual está vinculado a las alternativas de titulación que ofrecen las universidades. La diputada consideró indispensable diseñar nuevas formas para que los jóvenes tengan su primer contacto con el mercado laboral y retribuyan con su talento e ideas a la sociedad que les permitió formarse, por lo que planteó que durante su servicio social se les apoye económicamente, con la finalidad de mejorar su ingreso familiar y permitir su superación profesional. /gh/m |