Inicio / Presidencia / Actos Oficiales / PRIMERA SESIÓN ORDINARIA 2016 DE LA ASAMBLEA GENERAL DEL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO, Y ENTREGA DEL DOCUMENTO “LA OPINIÓN DE LA CIUDAD”, EN EL MUSEO DE LA CDMX. 2 de marzo de 2016

PRIMERA SESIÓN ORDINARIA 2016 DE LA ASAMBLEA GENERAL DEL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO, Y ENTREGA DEL DOCUMENTO “LA OPINIÓN DE LA CIUDAD”, EN EL MUSEO DE LA CDMX. 2 de marzo de 2016

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Gracias, muy buenos días.

Saludo con mucho afecto al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Dr. Miguel Ángel Mancera.

Saludo con igual cordialidad a Enrique Provencio, a Salomón Chertorivski, al diputado Leonel Luna como presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa.

A las y los Jefes Delegacionales, a las y los diputados locales y federales presentes, a los Consejeros de éste Colegiado y a todas y todos los invitados especiales.

Debo decir que, como Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, asumo que están en puerta dos grandes proyectos que le importan a la nación entera, y no sólo a la Ciudad de México.

Aquí me permito corregir –si se puede decir- la modestia del Secretario Salomón Chertorivski, ya que es preciso decir que, el terreno que eventualmente dejará el actual Aeropuerto es –obviamente- un tema que compete en primer lugar a la Ciudad; pero es tal su escala y tales sus posibilidades y alcances, que puede configurar –como se ha dicho ya aquí de distintas formas- el patrón de cambio urbano de todo el país en el siglo XXI.

Y subrayo: De todo el país, porque el nuevo Aeropuerto es una decisión federal que ha sido tomada (con sus muy particulares formas, estilos y puntos de vista); pero puede convertirse en una realidad tangible a la vuelta de un lustro.

Y por lo tanto, si el Aeropuerto se va, la Ciudad tendrá la obligación de planear, preparar y elaborar un proyecto de transformación urbana que han visto muy pocas ciudades en el mundo.

Es más, el nuevo Aeropuerto, no será tan importante para la vida diaria de 2.2 millones de mexicanos como lo será la transformación urbana en las casi 710 hectáreas del actual Aeropuerto.

El cambio, diariamente afectará la vida de más gente y su éxito o fracaso traerá más miseria o más prosperidad, nada menos que a la cuarta parte de los habitantes de la capital de la República.

Por éso, la Cámara de Diputados está muy atenta y hemos dado un seguimiento –como ha mencionado Salomón aquí- especial desde el primer día, desde la realización del primer Foro que fue convocado por el Gobierno de la Ciudad, el Consejo Económico y Social y la Secretaría de Desarrollo Económico.

Quiero resaltar el carácter claro y democrático del proceso que protagoniza nuestra Ciudad. El Jefe de Gobierno no ha contratado un despacho de sabios extranjeros para que nos doten de un proyecto rutilante.

Aquí, en la Ciudad, el gran cambio se está haciendo de otro modo: Escuchando, consultando, dialogando y en esta ocasión, presentando públicamente, un informe y una serie de datos para conformar una opinión común.

El proceso de la Ciudad es pues, de abajo hacia arriba, y no creo equivocarme si digo que este proceso está sentando un precedente para la forma en que se decidan las cosas en nuestras ciudades y también en el país: Sin precipitaciones, sin demagogia, hablando con todos, ciudadanos de a pie, vecinos, lo mismo que con desarrolladores inmobiliarios, despachos y especialistas. Así deben ser las cosas en una sociedad democrática y en un gobierno democrático.

Esta es la muestra de que hemos aprendido de nuestros errores, de que la Ciudad no se puede gobernar sin saber escuchar y de que, aquí, el proceso participativo es tan importante como el proyecto mismo, cosa que hay que reconocerle, doctor Mancera, este esfuerzo que usted ha estado encabezando.

No me imagino, no nos imaginaríamos después de las lecciones del pasado, al Gobierno capitalino “sacándose de la manga” un gran proyecto, un plan maestro, sin una gran reflexión previa y una masiva consulta, diálogo, involucramiento de ciudadanos, representantes populares, gremios, empresas, acuerdos intergubernamentales y metropolitanos, en torno a lo que puede ser el terreno que dejaría el aeropuerto? Evidentemente no.

Como aprendimos en el Foro “Aeropuerto y Ciudad: la gran transformación urbana”, (que estuvimos ahí participando) en casi todo el mundo y en un cambio de ese calado, tan importante como el proyecto, es el proceso, el modo en que el futuro adquiere legitimidad social.

Así pasó en Austin, en Quito y especialmente en Berlín. Decía Gerard Steindorf, Gerente del Proyecto Tempelhof: “La salida de los aeropuertos en los últimos 30 años es un proceso típico de grandes Ciudades, un proceso no un proyecto, porque su aceptación por parte de la Ciudad es una decisión social, no una decisión de un gabinete”.

Y me remito a los hechos, los datos, la información tan relevante que el día de hoy hemos oído y hay que leer con detenimiento, desde luego, a estudiar el documento completo que hoy se nos entrega: A pesar de que el Gobierno Federal es propietario del terreno, el Gobierno de la Ciudad “lleva mano”, y tiene preeminencia en la definición de los usos urbanos, y es correcto que sí sea. Y el agua, también, por supuesto, con toda su importancia como aquí se ha dicho. Ese proyecto es el que va a dar viabilidad a cualquier otro y es correcto que lo vayamos diciendo con claridad.

Como lo ha dicho la Diputada Cecilia Soto, este documento debe ser conocido por los legisladores locales, federales porque sus implicaciones son –evidentemente-nacionales.

La Cámara de Diputados se encargará de difundir las conclusiones que nos han sido expuestas aquí, porque tenemos muchos pendientes también a nivel nacional en materia territorial, asentamientos urbanos, estructurales, etcétera.

Creo también muy acertada –debo decirlo- la conclusión número cinco, que resumió el Secretario Chertorivski: El terreno que deja el Aeropuerto puede ser el escenario de un gran ensayo para cambiar el régimen de uso de suelo y el régimen fiscal que de él se deriva.

Y para todos aquellos que creen que la elaboración de la nueva Constitución es un mero trámite y un ejercicio ocioso y oneroso como se ha estado difundiendo en los últimos días, aquí tienen un ejemplo relevante de lo que el Constituyente puede hacer para mejorar profunda y significativamente, las condiciones de vida y la equidad social en la capital del país.

Quiero terminar diciendo que la Ciudad de México va a tener muy pocas discusiones del calado de ésta y que sus consecuencias son para la presente y para dos o tres generaciones más.

Ninguna otra Ciudad ha tenido una oportunidad de esta dimensión en era moderna.

Hay que transmitir a todos los ciudadanos, a todas las ciudadanas, que la Ciudad de México puede desarrollar el más grande proyecto de creación de Ciudad, en décadas, y que ese proyecto, de la mano del Jefe de Gobierno será un proyecto para el agua, para controlar y dotar de agua corriente y potable a millones de compatriotas que aún no la tienen –como ya se ha dicho- incluso dentro de la Ciudad.

Felicito pues, al Gobierno por esta aportación técnica, al Consejo Económico y Social, especialmente, por esta aportación informativa y democrática, por las definiciones que apuntalan ya una política seria y congruente frente al Gobierno Federal y frente al resto de alternativas, intereses empresariales y fuerzas políticas interesados en el tema.

Felicidades y muchas gracias.