ENTREVISTA CONCEDIDA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, AL TÉRMINO DE LA CEREMONIA DEL 99 ANIVERSARIO DE LA PROMULGACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, DE 1917, EN EL TEATRO DE LA REPÚBLICA. 5 de febrero de 2016
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PREGUNTA: (Inaudible) casi cien años. Por ahí se hablaba de que no podía permanecer vigente la Constitución. Usted mencionaba que todavía permanecían algunos ideales de años atrás.
RESPUESTA: Hay, desde luego, preceptos fundamentales que se construyeron en el Constituyente del 17 y otras reformas de eminente contenido progresista, democrático que van a tono con lo que -los ideales del Constituyente del 17- plasmaron en nuestra Carta Magna.
Esos hay que preservarlos, esos siguen vigentes; pero hay otros que han significado regresiones, lo que serían auténticamente “contrarreformas” antisociales o antipopulares que debieran, desde luego, desecharse y que debiéramos caminar hacia un nuevo “pacto social”.
No estoy hablando necesariamente, de un nuevo constituyente, ni tampoco –en sí mismo- de decir “hay que hacer una nueva Constitución porque esta ya no sirve”, sino hacerle una reforma profunda que mantenga lo esencial de lo que, a nuestro juicio, debe seguir manteniéndose y que hoy es absolutamente vigente y necesaria, y –al mismo tiempo- quitarle todo lo reglamentario hasta en exceso, que tiene la Constitución.
Este es el planteamiento que nosotros estamos haciendo, que empieza a debatirse en los hechos. Se retoman en los hechos también ya, discusiones que desde hace varios años, se empezaron a dar, especialmente en el seno de la academia mexicana y ahora hay que retomarlo.
Va a ser inevitable el debate en el marco de los festejos con miras al primer centenario de la Constitución de 1917.
PREGUNTA: Hablaba el Presidente de un paquete de reformas para este centenario.
RESPUESTA: Bueno, pues hay que revisar en qué está pensando. Yo sostengo que cuando hay voluntad política y hay la disposición clara de llegar a acuerdos, no hay retrocesos ¿eh?
Entonces, si el Presidente Peña Nieto está en la idea, en la convicción de que sí hacen falta todavía reformas pero que vayan en el sentido de lo que fueron los grandes avances de la revolución social de 1910-1917, adelante. En lo demás, es obvio que tenemos que debatirlo y nosotros hemos mantenido opiniones muy críticas y opuestas, incluso cuando se dio lo de la Reforma Energética que, a nuestro juicio, no ha servido para nada al país más que para privatizar nuestra riqueza energética.
PREGUNTA: Las constituciones del país siempre han surgido después de un conflicto armado. 1917 fue el caso. Si se quisiera hacer una nueva Constitución ¿qué pasaría si no hay un conflicto?
RESPUESTA: No. Hay que decirlo con mucha claridad: los tiempos de las revoluciones armadas como las conocimos en 1857 o en 1910 y 1917, ya pasaron. Hoy, justamente, lo que tiene que ponerse por delante, es el talento político, la voluntad política, y la convicción de que requerimos hacer todavía grandes reformas; pero, sobre todo, hacer realidad los textos que están en la Constitución. Particularmente aquellos que son derechos fundamentales de la gente, de la sociedad.
No necesitamos una revolución violenta. Yo no estoy de ninguna manera pensando en eso. Hoy, en todo caso que sea resultado una suerte de revolución pacífica de las conciencias. Esa es mi convicción.
PREGUNTA: Esta mención que hizo en dos ocasiones en su discurso sobre el populismo y el autoritarismo, ¿habrá alguien a quien le quiera dar alguna dedicatoria?
RESPUESTA: Tiene claramente una dedicatoria. Cuando yo hablo de quienes plantean que hay que regresar al texto original de la Constitución del 17, es el presidente de Morena, lo ha dicho públicamente.
Además, esa es una absoluta necedad y un absoluto desconocimiento de la historia misma de nuestro país, de todo lo que hemos evolucionado. ¿Hay que quitarle las cosas regresivas? Sí; pero esa no es ninguna salida.
Y éso es justamente la convicción de quienes se erigen como los “salvadores de la patria”: “Esto no sirve porque los que no han servido son los gobernantes, necesito llegar yo para que esto pueda salir adelante”.
¡Bueno! Nuestro país ha sido resultado de múltiples reformas, algunas de ellas –como yo lo he dicho-, son una suerte de revoluciones pacíficas en sí mismas, reformas profundas que han significado mayores derechos para la gente. En eso hay que seguir trabajando.
Y desde luego, el autoritarismo es de quienes piensan hoy, en el gobierno de la República, que llegaron aquí para quedarse quién sabe cuánto tiempo, y que todo debe centralizarse y hacerse a tono con lo que ellos piensan.
Qué bueno que al final, el presidente Peña Nieto nos dijo públicamente que reconocía y que hay que seguir trabajando en este pluralismo político que hoy vive intensamente el país, para seguir construyendo acuerdos.
¡Qué bueno! Yo lo saludé. Incluso, le dije al final: “Bien esa última parte al final de su discurso”.
PREGUNTA: Su opinión sobre el caso de Humberto Moreira.
RESPUESTA: Es una burla para el país. Es una burla para las conciencias nobles de México y es un alejamiento de parte del oficialismo priista de la realidad con lo que están diciendo, de que hay que combatir la corrupción. Así de sencillo.
Muchas gracias.