La política fiscal, como acción del Estado, busca el equilibrio entre lo recaudado por impuestos[1] y otros conceptos, y los gastos gubernamentales; es decir, se refiere a la programación eficaz de los ingresos y gastos públicos, así como la relación que guardan. Para ello, uno de los instrumentos más importantes con los que cuenta el gobierno federal es la política tributaria, reflejada en la Ley de Ingresos (LIF).[2]

[1] Según el Código Fiscal de la Federación, los impuestos son las prestaciones en dinero o en especie que el Estado fija unilateralmente y con carácter obligatorio a todos aquellos individuos cuya situación coincida con la que la ley señala. Tributo, carga fiscal o prestaciones en dinero y/o especie que fija la ley con carácter general y obligatorio a cargo de personas físicas y morales para cubrir los gastos públicos. Es una contribución o prestación pecuniaria de los particulares, que el Estado establece coactivamente con carácter definitivo y sin contrapartida alguna. Glosario de términos SHCP.

[2] Auditoria Superior de la Federación (2016). El Reto Fiscal y la Reforma Hacendaria.