Nota N°. 1686 Constitución Política de la Ciudad de México deberá plasmar visiones del futuro del pensamiento democrático y sembrar el germen de nueva política económica: Zambrano Grijalva

 

Palacio Legislativo, 29-01-2016 (Notilegis).- La Constitución Política de la Ciudad de México deberá plasmar las visiones del futuro del pensamiento democrático, además de sembrar el germen de una nueva política económica para el país, afirmó el presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva.

 

En la Carta Magna que se elaborará durante los próximos meses se expresarán los principios de justicia, equidad, libertad y tolerancia, que los capitalinos quieren y que han distinguido y distinguen a la ciudad, indicó durante la promulgación de la reforma política de la Ciudad de México, en Palacio Nacional.

 

También se pronunció por que la Ciudad de México “dé un salto, dejando espacio a los gobiernos de coalición y especialmente democráticos, a gobiernos que reflejen el pluralismo real que aflora en grandes ciudades como esta”.

 

El documento fundamental deberá “avanzar hacia formas parlamentarias que busquen el acuerdo, los consensos, la expresión política de la diversidad real”, añadió el diputado presidente.

 

Zambrano Grijalva también habló de “sembrar el germen de una nueva política económica para el país desde la Ciudad de México, una política económica inclusiva, atenta al desarrollo y, sobre todo, a la equidad”.

 

Señaló que el Constituyente está acotado por el acuerdo nacional, pero comentó que “también puede proponer cambios, reacomodos, facultades nuevas, necesarias para una megalópolis como la nuestra”.

 

¿Por qué no pensar en contar con nuestra propia banca o instrumentos sui géneris de desarrollo para financiar los grandes cambios urbanos por venir?, planteó.

 

Asimismo, preguntó: ¿por qué no pensar en un salario mínimo dictado localmente, nunca menor al empobrecido salario mínimo federal?

 

También ¿por qué no pensar en realinear las leyes en torno a una estructura que apoye la iniciativa empresarial ajena a la burocracia y a la corrupción, el uso de suelo y el reparto de las plusvalías, así como una estructura fiscal más progresiva y exigente?

 

Sostuvo que la Ciudad de México ya lo hace, pero debe subrayar su carácter progresista por la estructura de distribución fiscal y, en ese sentido, discutir la forma en que se defina el uso de suelo es crucial.

 

Igualmente, subrayó ¿por qué no pensar en una poderosa organización contra la corrupción, autónoma, puesta para la más estricta rendición de cuentas en la capital de la República?

 

Mencionó las atribuciones de las demarcaciones y la distribución de sus competencias para el gobierno municipal, local y aún metropolitano, así como los contrapesos al alcalde de cada jurisdicción y las funciones reales de los nuevos cabildos.

 

Subrayó que estos contrapesos deben estar en coherencia con los objetivos de desarrollo económico: igualdad, libertad y sustentabilidad.

 

De esa forma, precisó, “la Constitución de la Ciudad de México puede convertirse en una auténtica metáfora, la Carta donde podemos imaginar, por primera vez, en el México contemporáneo, un futuro alentador, solidario, compartido, propuesto por los modernos habitantes del Valle de la Anáhuac”.

 

“La discusión misma de la conformación del Constituyente, y de la elaboración de la primera Constitución de la Ciudad de México, actualizará un debate que ya lleva años en el ámbito político, así como en la academia y todavía más aún en vísperas del primer centenario de la Constitución de 1917, el próximo año”, dijo.

 

Zambrano Grijalva externó su seguridad de que la primera Constitución de la Ciudad de México quedará como paradigma y ejemplo de que si es posible lograr cambios profundos en nuestra estructura institucional que pacten la vida económica, social, cultural y política, ya no sólo en la Ciudad de México, sino en el país”.

 

Señaló que se debe poner en el centro a la gente, al ser humano, “como origen de nuestras preocupaciones y destinatarios de nuestras decisiones que deseamos, por supuesto, sean las mejores”.

 

Al inicio de su intervención expuso que esta reforma política es la cristalización del esfuerzo de décadas, de centenares de miles de mujeres y hombres por ser reconocidos con plenos derechos, “pasando por el referéndum que la propia sociedad civil organizó hace más de 25 años y por la reforma política de 1996”.

 

También “es resultado de la voluntad política, la convicción y la determinación de las principales fuerzas políticas del país que hicimos el compromiso y lo plasmamos en el Pacto por México en diciembre de 2012, para la reforma del Distrito Federal”.

 

Especialmente, aseveró, las voluntades políticas del presidente de la República, Enrique Peña Nieto. y el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

 

JGM