Boletín N°. 5272 | Maternidad subrogada es una forma disfrazada de trata de personas; no hay ley que la evite y sancione: López Landero |
16-03-2015.- La presidenta de la Comisión Especial de Lucha contra la Trata de Personas, diputada Leticia López Landero (PAN), afirmó que México enfrenta hoy el desafío de la trata de personas disfrazada que significa la maternidad subrogada, convertida en uno de los delitos más lamentables que pueda cometer un ser humano contra otro.
Sostuvo que en nuestro país esta práctica tiene precios considerablemente más bajos, en comparación con naciones de mayor desarrollo socioeconómico. “Los costos son acordados y negociados por las clínicas de subrogación. Es preocupante que alrededor de 800 familias españolas contratan vientres en el extranjero cada año, la mayoría en México, ya que la maternidad subrogada está prohibida y penada en España y aquí no”.
La legisladora convocó a “unir fuerzas y abolir este flagelo, para que seamos humanos, sensibles y no perdamos esta parte de nosotros que se desvanece”.
Refirió que “los españoles hoy pueden venir a utilizar a las mexicanas y hacer este tipo de negocios”, porque no están protegidas, ya que no hay una ley aprobada en la materia.
“Este horror en México no se castiga porque hay desidia, indiferencia, falta de compromiso y humanidad, ¿qué nos espera como país, donde un bebé no tiene una ley que lo ampare y las mujeres son explotadas con fines reproductivos?”, aseveró.
López Landero sostuvo que es el momento de denunciar esta nueva modalidad de explotación, por lo que llamó a los poderes ejecutivos federal y estatales, a los Congresos, al Senado de la República, a medios de comunicación y empresarios a no ser partícipes de esta modalidad delictiva.
Cuestionó los motivos por los que las modificaciones a la minuta de la ley de trata aprobada por los diputados para castigar el delito este “congelada” en el Senado. Pidió estar conscientes de que la norma no responde a protagonismos, sino a motivos de humanidad. “De nada sirve el trabajo legislativo que no es utilizado para un bien común”, apuntó.
Señaló que en Tabasco y Sinaloa se regula esta práctica bajo la figura de maternidad subrogada, la cual no disminuye los riesgos de salud de las mujeres que rentan su vientre, ni protegen los derechos de los bebés que nacen de dicha práctica. En Coahuila se prohíbe expresamente, indicó.
Comentó que el libro “Maternidad Subrogada: Explotación de Mujeres con fines reproductivos”, presentado recientemente en San Lázaro, reflexiona sobre el sometimiento y los riesgos a los que se exponen a los bebés, producto de este procedimiento. Se necesita la difusión del tema y el patrocinio de esta obra, a fin de que la gente la conozca, y mujeres y varones alcen la voz para que este delito se revierta.
En esa ocasión, al presentar la obra, Rafael Estrada Michél, director general del Instituto Nacional de Ciencias Penales y consejero consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), apuntó que la maternidad subrogada convierte a la mujer en una máquina para hacer bebés, la cual puede venderse con fines de explotación.
En este sentido, subrayó que la Constitución prohíbe categóricamente la utilización de las personas como objeto, porque “es un retroceso en materia de equidad de género”, además de que transforma a la mujer en un mero objeto de consumo.
Destacó que dentro de la maternidad subrogada los riesgos son muy altos, pues de acuerdo con datos de países europeos que permiten esta actividad, existen elevados índices de conflictos entre quienes adoptan la paternidad con estas características. Estas naciones, incluso, analizan prohibirla debido a los peligros que se generan a la gestante y al bebé.
Marcelo Bartolino Esparza, director de Asuntos Públicos de Early Institute, coautor del libro junto con Adrián Rodríguez Alcocer, resaltó la ambigüedad de conceptos respecto a la maternidad subrogada, y dijo que “es más precisa la figura de explotación”. Señaló que el altruismo para ayudar a las parejas infértiles se mercantilizó con la compensación económica a cambio de la entrega de un bebé.
“Detrás de estos contratos pueden generarse muchas redes de trata o explotación de mujeres con fines reproductivos. Lejos de haber un avance en la lucha por el respeto a los derechos de las mujeres, existe un atentado contra la igualdad y progreso de los mismos por estar siendo instrumentalizadas”.
Comentó que en la India este mercado se estimó, en el 2012 en 2.3 billones de dólares. Hoy pueden verse anuncios de mujeres que se alquilan para gestar niños; el acuerdo consiste en una cuota inicial de 35 mil pesos y un depósito mensual para sus revisiones. Cuando se ve esta operación, deja de ser un contrato altruista o gratuito.
Señaló cuatro casos recientes registrados por el Instituto Nacional de Perinatología, tres de los cuales terminaron en conflicto judicial; en el otro, la mujer fue abandonada en un hospital porque los gastos de atención se elevaron y la pareja demandante no estuvo dispuesta a asumir el gasto.
Por su parte, el coautor Rodríguez Alcocer, abogado del Early Institute, mencionó que la maternidad subrogada se ha convertido en un negocio altamente rentable, en el cual se crean redes de explotación, condiciones que prevalecen en México, ya que no existen leyes suficientes que lo impidan y “cuando las hay no se cumplen”.
Agregó que esta práctica ha permitido que se genere un mercado, donde se pone a la venta a las madres y a los bebés. Las mujeres que alquilan su vientre llegan a recibir un pago de alrededor de 35 mil pesos, mientras que las clínicas que realizan este proceso médico cobran hasta 37 mil dólares, lo cual es un negocio rentable.
Puntualizó que en Cancún existe el mayor índice de clínicas que practican la maternidad subrogada y que la ley más permisible se encuentra en Tabasco, pues su Código Civil permite que se concreten estos contratos.
Ingrid Tapia Gutiérrez, especialista en Derecho Civil y Constitucional, revisora de la obra, señaló el “matiz misógino” y ofensivo de esa práctica. Convocó a exigir al Senado la aprobación de la nueva ley de trata de personas, para que las mujeres “no sean utilizadas como cosas, animales o pie de cría, y llamar a la maternidad subrogada por su verdadero nombre: explotación de mujeres con fines reproductivos”.
Subrayó que quien renta su cuerpo para después entregar un hijo no lo hace por amor. “Son mujeres solas que presionadas por sus necesidades económicas, aceptan un trato de esa naturaleza, porque están desprotegidas”, afirmó.
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