04-10-2016.- En el marco de los 200 años de la obra pictórica “El Brasil de Debret (1816-1832)”, el Grupo de Amistad México-Brasil organizó una exposición de 36 grabados, con imágenes de la región, históricas, cotidianas, étnicas y naturalistas, de principios del Siglo XIX.

El presidente del grupo, diputado Benjamín Medrano Quezada (PRI), expresó que la cultura brasileña “nos llena de mucho orgullo”, y llamó a conocer esta importante obra que retrata los viajes de Jean Baptiste Debret por el sur del país sudamericano, cuando descubrió todas sus maravillas, “las cuales forman parte de la inspiración de muchos en la Embajada de Brasil en nuestro país”.

En su participación, el diputado César Camacho, coordinador del grupo parlamentario del PRI, celebró que la Cámara de Diputados sea plataforma para la exhibición del inagotable ingenio humano.

Al recibir en San Lázaro el trabajo de Debret, pintor y dibujante francés, expositor del neoclasicismo, expresó que México y Brasil “son dos países hermanos en el Subcontinente Americano, que si bien comparte historia, tiene ante sí la posibilidad de compartir el futuro”.

Recordó que en ese tiempo convulso para América Latina, Brasil y México siguieron caminos paralelos en la búsqueda de su independencia, pero actualmente “la relación se ha hecho más sólida, pues siendo en principio institucional, se ha convertido en una relación fraterna y amistosa, no sólo entre autoridades sino entre los pueblos”.

Informó que se solicitará al Consejo Editorial la elaboración de una nueva impresión facsimilar de estos grabados, con una nota introductoria del embajador de Brasil y unas palabras del presidente del Grupo de Amistad.

Dijo que la de Debret fue una obra muy importante en el mundo de la plástica y las expresiones gráficas, y su reedición tendrá el reto de derribar las barrearas que impone el mundo material, para “que la cultura logre la apropiación social que todos quisiéramos”.

Al hacer una breve explicación de la obra, el Embajador Designado de Brasil en México, Enio Cordeiro, dijo que Debret se convirtió en un ícono artístico de la representación de los primeros años de Brasil como unidad política, y lo dibuja entre los años 1816 y 1832.

Su obra es una muestra permanente de lo que fueron Brasil y Río de Janeiro en el inicio del Siglo XIX. Aun cuando en 1834 no fue reconocida, cien años después fue muy apreciada por los coleccionistas. En 1965, con motivo del cuarto centenario de la Ciudad de Río de Janeiro, se mandó a hacer una reproducción litográfica y uno de sus ejemplares fue adquirido por un cónsul de México en aquella localidad, Armando Cantú, cuya familia donó a la Embajada y al Centro Cultural ese acervo y patrimonio.

Consideró que es una gran oportunidad para compartir esta riqueza y patrimonio cultural por cortesía del Grupo de Amistad México-Brasil.

Estuvieron presentes, también, los embajadores de Kazajstán, Andrian Yelemessov, y de Guatemala, Arturo Duarte Ortíz; representantes de las embajadas de Argentina y de la Federación de Rusia en México; del Banco de Brasil, y del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

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