Boletín N°. 1978 | Hacer del conocimiento científico y la innovación vías para el desarrollo y crecimiento, el reto |
26-07-2019.- La presidenta de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, diputada María Marivel Solís Barrera, afirmó que México tiene el reto de hacer del conocimiento científico y de la innovación, las vías para el desarrollo sostenible y crecimiento económico del país que impulse la productividad y permita un desarrollo humano con justicia social.
Durante la inauguración de la Primera Convención Nacional Presupuestal en Materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, realizado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, la diputada enfatizó que se deben aumentar los recursos públicos que se destinan al quehacer científico nacional”, para llegar al uno por ciento que señala la ley.
Destacó la importancia de aumentar cada año los recursos; “no es adecuado, ni mucho menos deseable, que en cada aprobación de presupuesto se tenga incertidumbre”; se ha propuesto una reforma para que en tanto no se alcance el uno por ciento del PIB, se aumenten gradualmente, al menos en términos reales respecto al año anterior y, por lo tanto, no se disminuya; el objetivo es tener presupuesto progresivo.
Reconoció que hay deficiencias claras que deben atenderse, ya que en el resto del mundo el sector privado destina el 61 por ciento de los recursos a ciencia, tecnología e innovación, mientras que en México la inversión privada es de apenas el 19 por ciento.
Agregó actualmente los recursos establecidos en el anexo 12 correspondiente al Programa Especial de Ciencia Tecnología e Innovación se distribuyen en 16 secretarías, quedando sólo bajo la operación del Conacyt alrededor del 28 por ciento; “situación que debe corregirse, pues como cabeza de sector, el Consejo debería tener una participación más activa y preponderante en los recursos destinados al quehacer científico nacional”.
Indicó que es importante establecer mecanismos de financiamiento para la federalización de recursos en la materia, ya que en el marco actual no existen fondos directos en el ámbito estatal como en otros rubros.
Consideró que esta situación requiere atenderse pues el marco general obliga a un nuevo modelo de financiamiento a nivel local y regional, el cual implica que los gobiernos estatales realicen un esfuerzo presupuestal; existe evidencia que en promedio las entidades destinan apenas el 0.2 por ciento de sus recursos para actividades científicas y tecnológicas.
El presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, Alfonso Ramírez Cuéllar, manifestó que el objetivo de la convención es iniciar un debate nacional para que tanto el Plan Nacional de Desarrollo como las acciones del gobierno federal en los próximos años, tengan bases políticas públicas más consistentes y presupuestos crecientes.
Indicó que el presupuesto del ramo 38 viene cayendo; sin embargo, para garantizar el éxito de la Cuarta Transformación se requiere reforzar los recursos y la política pública en materia de ciencia y tecnología.
La referencia, dijo, es 2015, porque de ese año a la fecha, se ha reducido casi el 50 por ciento en el ramo 38. “Esta caída tiene que ser detenida, y 2020 ser el año de la recuperación y de la disposición presupuestal en ese rubro”.
Consideró necesario movilizar todos los fondos y los recursos para poner en marcha una estrategia contracíclica que eleve la producción y que genere mayores empleos. Subrayó que el tema de ciencia y tecnología está íntimamente vinculado, porque sin mejor inversión en el ramo 38, difícilmente se tendrá mayor productividad, desarrollo tecnológico, ni crecimiento de muchas regiones que desde hace años están postradas en la pobreza.
Añadió que es preocupante el aumento de la deuda, así como las obligaciones que se tienen para el pago de pensiones; son temas que generan gran tensión al momento de debatir y discutir el destino de los recursos. “Casi todo lo que recaudamos de IVA se va al pago de pensiones, poco menos de 900 mil millones de pesos al año”.
Agregó que este año se ha trabajado con tres pilares: estabilidad y disciplina financiera, manejo honesto de los recursos públicos y racionalidad del gasto. No obstante, dijo, falta incremento de los ingresos.
El secretario de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, diputado Brasil Alberto Acosta Peña (PRI), expresó que el pendiente del país es llegar al uno por ciento del PIB en inversión a ciencia y tecnología. “Es importante que nos pongamos a trabajar en ello; se debe involucrar a la iniciativa privada, ya que hay muchos cerebros en el pueblo mexicano que están desperdiciados”.
“Tenemos que escuchar las voces de los científicos y de los estudiantes que han recibido una beca, y debemos entender que sí hay muchos problemas de corrupción que se deben combatir, pero también hay cosas buenas que debemos valorarlas”.
La directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla Roces, expresó su compromiso de alcanzar para México la garantía del derecho humano constitucional que establece que los beneficios de la ciencia, la tecnología y la innovación son para todas y todos.
Subrayó que las políticas que se implantaron tuvieron resultados poco favorables, lo que posicionó a México en los lugares más bajos entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), “por ejemplo tenemos tan sólo 0.72 investigadores por cada mil habitantes, mientras que en Brasil tienen 2.67 y en Singapur, 10.12”, dijo.
Precisó que de 2013 a 2018 se perdieron 16 lugares en los indicadores de eficiencia que presenta la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual en términos de innovación, “a pesar de haber destinado mucho mayor recurso”, y “con ello se obtuvieron relativamente menos patentes y desarrollos que pudiesen ser el sustento de industrias nacionales con base científica y tecnológica”.
Álvarez-Buylla Roces afirmó que se tiene una comunidad de científicas, científicos, tecnólogas y tecnólogos con gran capacidad, “30 mil en torno a 30 mil investigadores”. Lamentó que se hayan ido del país otro tanto de talentos que fueron formados en esta nación, “esta inversión se fugó y no se aprovechó”; por lo que consideró que se deben aumentar las oportunidades dignas de trabajo para “los grandes talentos mexicanos que hoy en día están dispersos por el mundo”.
La funcionaria resaltó que la investigación de frontera ha pasado, en los años anteriores, a un segundo o último término, se abandonaron los apoyos a las humanidades y “se ha encaminado el gasto público de una manera inexplicable al sector privado, dejando, además, espacios para la opacidad y la corrupción, esto, desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología”. Por ello, indicó que es necesario cambiar ese panorama de enorme dispendio, pulverización de recursos con resultados menores y poco impacto en el avance del conocimiento.
Precisó que en este año, a pesar de que hubo una ligera disminución al aporte que hace la Federación al Conacyt, del ramo 38 se van a destinar más de mil 600 millones de pesos al apoyo de proyectos de ciencia básica y ciencia de frontera; sin embargo, “en 2017 y 2018, la Federación no aportó un solo peso a este rubro, dejó ahí en un fondo, un poco más de 400 millones de pesos sin ministrar para ciencia básica, totalmente insuficiente para la potencialidad de desarrollo científico que tiene la comunidad académica”.
Expresó su compromiso para ejercer los recursos bajo el principio de austeridad, eficiencia y eficacia presupuestal, con honestidad, transparencia y rigor, “que está ya permitiendo, a pesar del recurso limitado, liberar recursos inéditos para el apoyo a la ciencia”.
Refirió que datos del Banco Mundial muestran que las economías con crecimiento son las que mayores recursos destinan a la ciencia y la tecnología; sin embargo, lo que estos datos no muestran es de dónde viene este financiamiento. En México, agregó, han provenido en su mayor parte del sector público, mientras que en otros países que destina más del uno por ciento del PIB, la iniciativa privada aporta en promedio 60 por ciento de estos recursos y casos como Japón y China más del 76 por ciento; y aquí la aportación es solamente del 19 por ciento, “quizás la más baja de todo el mundo”.
Invitó a trabajar juntos a los sectores público, privado y científico para generar sinergias que impulsen la innovación, la investigación y los desarrollos tecnológicos que la sociedad requiere para crecer.
Consideró preciso construir políticas públicas planteadas por la comunidad académica que sean capaces de articularse con el vasto mosaico de territorios y culturas que comprenden a nuestro país. Asimismo, la comunidad académica debe fortalecerse y participar en la toma de decisiones.
Frédéric Vacheron, representante de la Unesco en México, señaló que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 objetivos implica un compromiso de la comunidad mundial para aprovechar plenamente la ciencia, la tecnología y la innovación a favor del desarrollo sostenible.
Indicó que durante los próximos 11 años la ciencia, la tecnología y la innovación serán piezas fundamentales para responder a los desafíos más urgentes a los que se enfrenta la humanidad a escala global, regional, nacional y local. Por ende, es importante señalar que la innovación y la tecnología pueden dar solución a múltiples retos, lo cual a su vez significa asumir que no todos los cambios tecnológicos conducen al desarrollo sostenible.
Dijo que la administración pública federal tiene 88 entidades y centros públicos de investigación, el Sistema Nacional de Investigadores pasó de 16 mil a 28 mil investigadores de 2010 al 2018. No obstante, México está todavía lejos del promedio deseado, 37 por ciento de los investigadores en el ámbito nacional son mujeres, pero el acceso a los puestos de decisión en la investigación científica y tecnología es todavía limitado.
Manifestó que es necesario adoptar un enfoque de la innovación y difusión del conocimiento como bienes públicos; asimismo, comprender que el derecho a la ciencia se refiere también a la búsqueda del conocimiento y la comprensión a la creatividad humana en un mundo en cambio constante.
El director general de Cooperación Técnica y Científica de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, órgano desconcentrado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Gustavo Alonso Cabrera Rodríguez, destacó la trascendencia de los temas de la ciencia, tecnología e innovación en el desarrollo sustentable y sostenible.
Precisó que los avances de la ciencia son tan rápidos, que muchas veces la infraestructura y sus contenidos no van a la par. “Eso hace que a veces nuestro déficit se presente de manera muy dramática. La ciencia y la tecnología tienen un desarrollo que no necesariamente es el que representa los intereses y el crecimiento de la económica mexicana. El voltear hacia lo internacional nos ha llevado a reforzar los esquemas de cooperación. Hay 87 acuerdos de cooperación en 39 países”, acotó.
La cooperación internacional, dijo, más que bilateral debe generar beneficios en lo triangular o trilateral. Se va a fortalecer la relación con los países de Sudamérica, pero el reto es Centroamérica, en donde se debe ayudar a mejorar la infraestructura económica y social; sin embargo, agregó, el presupuesto no puede alcanzar para todo, “se deben buscar y generar alianzas estratégicas y la iniciativa privada es un factor importante y relevante de participación”.
Adelantó que en las próximas semanas se hará la presentación del Consejo de Diplomacia Científica, para que a través de personal del Servicio Exterior Mexicano se pueda tener mayor presencia e información permanente de los avances tecnológicos. Dos de los temas que se deben trabajar son los de diplomacia en temas hidráulicos y de energía. “Tenemos que caminar más rápido y la cooperación internacional va a ser una herramienta”.
El director general del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, José Mustre de León, se congratuló con esta convención y sobre todo que se contemple la inclusión de todos los actores que hacen posible la realización de ciencia y tecnología, porque existe una correlación entre la inversión que hace un país en este tema y el estado de desarrollo económico que puede alcanzar.
Subrayó que el reto no sólo está en mejorar las condiciones económicas, sino acomodar estos rubros para hacer el gasto más eficiente y ayudar a tener una distribución más equitativa en el ámbito nacional. “Se debe usar esta inversión en ciencia y tecnología para disminuir desigualdades”.
Consideró importante el incremento de gasto al Conacyt, “pues más allá de ser el órgano que rige el gasto en ciencia y tecnología en el país, es la base del desarrollo de muchas otras instituciones como el Cinvestav y la de sus investigadores; es muy importante atender la asignación de recursos al Consejo”.
La vicepresidenta nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa AC, Alía Lorena Ibarra Ávalos, expresó que las industrias innovadoras en México son muy pocas; las empresas que generan procesos a partir de la investigación son escasas y la creación de manufacturas con base tecnológica es casi nula. “Para que México pueda llegar a ser una potencia a través del conocimiento se requiere generar un sistema de alto nivel con la vinculación de la academia y la iniciativa privada”.
Puntualizó que la creación de industria tecnológica permitirá asimilar el avance científico nacional y alcanzar niveles competitivos globales. Un reto es la obtención de patentes y la transferencia de tecnología.
La rectora de la Universidad Politécnica Metropolitana de Puebla, Nadia Quezada López, señaló que se requiere un fortalecimiento de estas instituciones en sus áreas de investigación, innovación y desarrollo tecnológico, “pues son un semillero de talentos, investigadores y emprendedores que le aportan a los indicadores y a las patentes”.
Se manifestó a favor de una política de desarrollo a la infraestructura en el subsistema y a la educación no sólo superior, sino en todos los niveles.
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