Boletín N°. 3784 | Revalorar la creatividad y la cultura para invertir e impulsar su desarrollo: diputado Mayer Bretón |
03-06-2020.- El presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, diputado Sergio Mayer Bretón (Morena), se pronunció por reconocer el valor de la creatividad e impulsar la actividad cultural para lograr que se invierta en los contenidos de arte, entretenimiento y conocimiento que todos necesitamos y disfrutamos en plataformas análogas y digitales.
Este es el propósito de la reforma a la Ley Federal del Derecho de Autor, afirmó en la quinta sesión del conversatorio “Retribución a la creatividad y derechos de autor: la copia privada”.
Sostuvo que en estos momentos de apremio derivado de la crisis sanitaria y económica, hay que cambiar la forma de ver la creatividad en la industria cultural, tecnológica y electrónica, que se desarrollan gracias al talento de los autores y compositores.
Desde una plataforma virtual, Mayer Bretón sostuvo que en México tenemos una extraordinaria riqueza artística y cultural desaprovechada, porque no se respalda su desarrollo ni se reconoce como un insumo de alto valor. Pese a que la creatividad se traduce en conocimientos, sensibilidad social, empleo, inversión y divisas “no estimulamos su crecimiento”.
Así se observa, agregó, en esquemas industriales basados en un modelo de negocio sustentado en el uso de contenidos, sin que sus creadores originales sean retribuidos. “Necesitamos cambiar este estado de castigo y promover el estímulo y el trato justo al valor de las contribuciones de los autores y compositores”.
El secretario de la comisión, diputado Santiago González Soto (PT), resaltó que lo importante es la correcta distribución de los beneficios, a través de la remuneración compensatoria a la copia privada de los creadores.
“Encontrar un sano equilibrio para que los autores se beneficien de sus obras y quienes las comparten a través de distintos dispositivos a los usuarios, es lo que nos debe mover a llegar a una fórmula para concluir el trabajo legislativo que está pendiente desde 1996, y que ahora con esta iniciativa se supere”, añadió.
La diputada Lorena Villavicencio Ayala (Morena), integrante de la instancia legislativa, aclaró que regular la copia privada no se trata de un impuesto, sino de un arreglo justo entre las partes que reconozca que el principio creativo detona una cadena positiva de valores. El objetivo es construir una legislación que apoye a los autores para que no sea el mercado el que regule el valor de las obras y manifestaciones culturales.
Es un acto de justicia definir qué le corresponde al autor, al distribuidor y al expositor de contenidos. “Si se ha democratizado el uso de las obras, debe democratizarse la ganancia de quienes participan en este proceso cultural”, consideró.
En conferencia magistral, Carlos Anaya Rosique, presidente de la Coalición por el Acceso Legal a la Cultura (CALC), aseguró que la remuneración por la copia privada es un imperativo y un acto de justicia que la sociedad y los fabricantes deben a los creadores al beneficiarse de sus obras y difundir sus contenidos.
Falta mucho para lograr el reconocimiento pleno de los derechos económicos y sociales de la comunidad artística. Alcanzar este objetivo con una justa retribución es lo que propone esta iniciativa para obtener la remuneración compensatoria. Son trabajadores del arte y tienen derecho, como todos los demás, a vivir de su labor, apuntó.
Consideró que es injusto soslayar a los agentes culturales, por lo que la remuneración económica compensatoria subsana una falla jurídica desde 1996. Se reivindicaría el derecho de los creadores a recibir un beneficio en las copias privadas. Llamó a reflexionar y pensar en los autores, sobre todo porque México está entre los primeros cinco países con mayor oferta y diversidad cultural.
También en conferencia magistral, Santiago Schuster Vergara, académico de la Universidad de Chile, aclaró que hay derechos y obras que son intangibles. “Lo más grave es la vulnerabilidad, porque cualquiera puede tomarlas y explotarlas (ese tipo de obras), ya que no hay un control físico”.
Pidió aprobar una remuneración por copia privada como instrumento para contribuir a la justicia, especialmente por la oferta cultural mundial que brinda América Latina. “¿Qué sería México sin su música y Chile sin sus poetas? Lo que se hace en este conversatorio es fundamental para saber cuáles son esos valores para poder tomar decisiones sobre la correcta distribución de los beneficios y contribuciones”.
En el tema “Visión de creadores y las industrias culturales”, Bernardo Aguilar Calvo, director general para Europa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, explicó que en todos los estados integrantes de la Unión Europea la protección de los derechos de autor inicia cuando se crea la obra. Comentó que hay un impuesto para aparatos electrónicos que almacenen obras con derecho de autor, el cual varía según el país y costo.
José Manuel Hermosillo Vallarta, abogado e investigador en materia de cultura, destacó que se requiere el consenso entre creadores e industriales que difunden los contenidos, con el objetivo de determinar un sistema fiable de distribución de regalías basado en estudios económicos y de consumo. Propuso que el Instituto Nacional de Derechos de Autor (Indautor) sea el árbitro para garantizar la compensación económica.
Adriana Servín Villada, directora de Asuntos y Relacionamiento Gubernamental de SAP-México, consideró que la remuneración compensatoria por concepto de cuota privada sería equiparable a un impuesto o gravamen que proporcionalmente recaería en el consumidor o usuario final, lo que podría inhibir el acceso a las tecnologías de medios de comunicación, lo que agrandaría la brecha cultural y encarecería la cultura en nuestro país.
En el tema “Visión filosófica de la copia privada en América Latina”, Carlos Rodrigo Vázquez Rosete, consultor en derecho parlamentario, precisó que la iniciativa tiene como propósito definir un lugar económico para la creación artística. Agregó que la copia privada no es una licencia de piratería, ni una disposición para el uso indiscriminado o el motivo forzoso para subir los dispositivos electrónicos donde se reproducen.
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