La activista Julia Klug, acudió a la Cámara de Diputados a presentar el libro titulado: “Efectos de un ultraje en la vida de Julia Klug”, en el que denuncia el abuso sexual que sufrió por parte de un sacerdote.

Vestida con ropajes similares a los de líderes religiosos, como un “alba” o túnica color blanco, una “mitra” en la cabeza y una cruz pendiente de una cadena al cuello, la visitante protestó contra la corrupción en la Iglesia Católica y los abusos de curas pederastas.

En ese marco, aprovechó la presencia del líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, para consultar su opinión sobre la intromisión de líderes religiosos en asuntos políticos.

Apenas salían los perredistas del salón donde presentaron un numeroso paquete de firmas en respaldo a la consulta popular energética, cuando Klug se les acercó.

Sorprendidos, algunos legisladores como Alejandro Sánchez Camacho, optaron por hacerse a un lado para no toparse con ella.

Aunque también mostró sorpresa, Zambrano Grijalva aceptó el saludo de Julia Klug y escuchó sus preguntas.

Con la misma curiosidad, se acercaron las diputadas Alfa Eliana García, la vicepresidenta de la Mesa Directiva de San Lázaro, Aleida Alavez, y otro grupo de personas.

En un primer instante ella dudó y pensó que los perredistas no accederían a charlar con ella. “Tienen miedo”, dijo, pero luego se decidió a acercarse para saludar al dirigente, que por unos momentos la atendió.

Luego de preguntarle si su presencia en la Cámara tenía que ver con las firmas para la consulta popular, le preguntó al dirigente partidista su opinión sobre los cambios a las leyes electorales, en los que se elimina del catálogo de conductas ilícitas, el uso de la investidura religiosa y el altar para orientar a los feligreses, con el fin de que voten a favor o en contra de partidos o candidatos.

El líder perredista admitió que se trata de un tema polémico. Explicó que está a favor del derecho ciudadano de emitir el voto y se declaró convencido de que es necesario mantener una “sana distancia” entre la política, las elecciones y la religión.

A la pregunta de si el PRD estaba de acuerdo en que los sacerdotes y ministros de culto impartan enseñanzas religiosas en escuelas públicas, Jesús Zambrano expresó su desacuerdo con ello y su respaldo al estado laico.

Satisfecha con las respuestas, la mujer ataviada como un ministro de culto, se dispuso a retirarse de la Cámara, acompañada por dos personas, y seguida de cerca por elementos de Resguardo y Seguridad. ys/m.