Palacio Legislativo, 26-05-2015 (Notilegis).- La construcción de un México ético es posible a través de un equilibrio que cuide la aplicación de códigos de conducta entre la sociedad y las instituciones, aseguró el investigador Abraham Nosnik Ostrowiak, al impartir en San Lázaro la conferencia magistral, “La ética del servicio público ante la reforma en materia de anticorrupción”.

“Creo que es posible llegar a un México ético, que todos queremos y anhelamos; debemos ser mucho más cuidadosos y cuidar absolutamente el impacto que generamos con nuestro avance… y no estoy dejando de reconocer lo que hemos avanzado”, indicó.

La conferencia fue organizada por la Unidad de Evaluación de la Comisión Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, de la que es titular el doctor Alejandro Romero Gudiño, y asistieron los maestros Francisco Vega, Blanca Ocampo García de Alba y María del Carmen Lastre Lastre.

Con la aplicación de códigos éticos se logrará una gestión pública más perfecta, indicó Nosnik Ostrowiak, quien es también académico del Centro de Alta Investigación en Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México Norte y autor de diversos artículos científicos y sociales.

“Sin este código no vamos a poder conciliar el mérito técnico, con el mandato social, es decir, nuestra capacidad de ejercer profesionalmente nuestra especialidad y construir con todos, con nosotros mismos, con las personas más afines, nuestro gremio, nuestro sector una tecnología de gestión”, expuso.

Agregó que en la implementación de una gestión ética, “uno empieza a reconocer los abusos y el desequilibrio y en la medida que se haga la paz con uno mismo, se contribuirá con la paz social”.

“Estoy convencido que todos somos parte del poder fáctico, el cual es ejercer el poder desde la base de recursos, pero más allá del marco legal y de la exigencia que nos debemos” como sociedad, explicó.

Nosnik Ostrowiak precisó que el ejercicio de la ética del servicio público a través de mecanismos de la ley, tiene que ver con impulsar controles y procesos que conjunten un mérito técnico, con un mandato social en la resolución de los problemas.

“La técnica debe ser tan clara que todos aquéllos que atestiguan puedan identificar errores para poderla mejorar; (ya que) si no hay efectividad institucional, la alternativa es la violencia”, alertó.

Indicó que si es posible “comprar a la autoridad o ésta es débil, se debilita todo el sistema”.

Al referirse a la cultura de disciplina que existe en el país, expresó que “si queremos llegar a la plenitud, debemos de ser más disciplinados, esa lógica se llama autoridad central”.

Enfatizó que la ley necesita derivar en vida, “es decir en productividad variada y disciplina; necesita que se cumpla y cuando se cumple todos somos iguales ante la ley y podemos, además, a la gente excepcional irla premiando de acuerdo con su contribución”.

Manifestó que existen tres señales para detectar que un sistema social cuenta con madurez, las cuales incluyen variedad y diferenciación; alta participación y productividad; y posibilidad de reducir la violencia.

El investigador también aseveró que en México hay muchas instituciones funcionando para el bien del país, pero persiste una cultura nacional que aún no alcanza el nivel de inteligencia deseado.

“Mi hipótesis es que no hemos llegado a una inteligencia en el diseño del sistema que nos dé incentivos para balancearlos; todavía le tememos a ser transparentes, claros, a tener ese espíritu de hacernos vulnerables para, junto con el otro, construir de manera fuerte”, consideró.

Finalmente, dijo que el país tiene que ser una de las economías más competitivas, porque “el mérito técnico y el mandato social nos los exige”.

“Debemos atacarlo con diseño; diseñar nuestro desempeño, diseñar nuestras instituciones, diseñar la evaluación de desempeño y que la gente no pueda comprar a quien aplica esa evaluación de desempeño”, subrayó.

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