Palacio Legislativo 30-09-2016 (Notilegis).- Para promover el crecimiento económico del país, se requiere de un mayor impulso a la inversión pública que esté acompañada de una disciplina financiera del gasto gubernamental, coincidieron el diputado Vidal Llerenas Morales (Morena) y analistas de temas económicos.

“Hay que poner sobre la mesa a la inversión pública como uno de los factores que nos va a llevar al crecimiento y que pueda detonar al resto de la economía, que nos genere ventajas comparativas y mayor dinamismo económico”, señaló el legislador durante el foro “Calidad del gasto público”, organizado por la bancada de Morena.

El también secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública e integrante de la de Hacienda y Crédito Público, indicó que el bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se debe, por una parte, a una crisis del modelo económico y, por otra, a la aplicación de ciertas políticas públicas relacionadas con la recaudación fiscal y el gasto del erario, mismas que deben pensarse distinto.

En ese sentido, Mariana Campos Villaseñor, de la organización México Evalúa, sostuvo que se requiere disciplina presupuestaria, ya que regularmente el gobierno federal gasta más de lo que tiene presupuestado y no lo aplica en rubros que contribuyan a impulsar el crecimiento económico.

Señaló que el modelo de federalismo fiscal está agotado, por lo que es prioritario una reforma a la Ley de Coordinación Fiscal, nuevos mecanismos de asignación al gasto que premien el esfuerzo local en cuanto a capacidad de gestión, de recaudación local y resultados.

“Es urgente dotar de buenas prácticas de gobernanza la entrega de trasferencias y subsidios para controlar su uso político y su crecimiento desmedido”, asentó.

La especialista añadió que en materia de disciplina financiera, se necesitan causales específicas de endeudamiento en La Ley Federal de Responsabilidad Hacendaria y un límite específico a los requerimientos financieros del sector público (deuda pública).

“Es momento que México defina un límite del déficit, y que sólo en casos específicos pueda moverse ese tope, circunstancias excepcionales como la caída del PIB o financiar una reingeniería del gobierno y su gasto de operación y que éstas causales se puedan usar con una votación de dos terceras partes del Congreso”, planteó.

Héctor Villarreal Páez, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), sostuvo que la reconfiguración del gasto que plantea el Ejecutivo federal es consecuencia de una serie de compromisos legales que atan al gobierno: servicio de deuda, pago de pensiones e incremento de participaciones.

Puntualizó que la deuda pública tiene retos en el corto plazo, pero con bajas tasas de crecimiento es difícil que la deuda del gobierno federal baje como porcentaje del PIB.

Agregó indicó que es importante que los legisladores de todas las fracciones parlamentarias se pongan a discutir la creación de un marco institucional que nos permita resolver problemas de largo y mediano plazo.

Marcelo Delajara Garrido, director del programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), refirió que de acuerdo con organismos internacionales, el gasto de calidad es aquel que promueve crecimiento económico y disminuye la desigualdad y en ese sentido, México tiene una muy mala calidad del gasto.

Puntualizó que en este contexto, en el que el gasto en inversión ha venido cayendo y los presupuestos de los próximos años están comprometidos por un aumento de la deuda, del costo financiero, de las pensiones, lo que se requiere es apostarle al desarrollo social.

“Lo único que nos queda es enfocarnos en desarrollo social como fuente de crecimiento, fuente de empleo y de reducción de la desigualdad”, concluyó.

NGM/HSF