Palacio Legislativo 10-02-2017 (Notilegis).- La diputada Blanca Margarita Cuata Domínguez (Morena) urgió a diseñar políticas públicas que impulsen la producción, comercialización y consumo de amaranto, a fin de que sea reconocido como alimento y constituya la base de la independencia alimentaria.

Durante la inauguración del Segundo Congreso Nacional del Amaranto. Generando Políticas Públicas, resaltó la importancia de trabajar en conjunto para atender las necesidades básicas y las insuficiencias estructurales de toda la cadena productiva de amaranto, para promover su desarrollo sostenible.

Es necesario “priorizar las tareas y acciones a desarrollar de forma conjunta entre ciudadanos del sector y dependencias e instancias de gobierno, incluyendo al Poder Legislativo, para impulsar como que se merece y lo que representa el amaranto en diversos aspectos del país, como la soberanía alimentaria y la salud de los ciudadanos”, expuso.

La legisladora apuntó que, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), más de 28 millones de mexicanos tienen algún nivel de inseguridad alimentaria.

Indicó que por su alto valor nutricional, el amaranto es una opción viable para combatir la pandemia de diabetes, declarada por la Secretaría de Salud en octubre de 2016, y los problemas de obesidad y sobrepeso, que padece el 70 por ciento de mexicanos adultos.

Apuntó que “dentro de la actividad agrícola de los pueblos prehispánicos la planta de amaranto era tan importante como el maíz y el frijol, de tal manera que se consumía como verdura y cereal”.

Cuata Domínguez dijo que desde 1979, el amaranto fue designado por la Academia de Ciencias de Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como uno de los cultivos en el mundo con un elevado potencial para su explotación económica y nutricional a gran escala y como el mejor alimento de origen vegetal para consumo humano.

Insistió en la necesidad de “posicionar al amaranto en la justa dimensión como producto endémico y ancestral, sin perder de vista su valor como un bien biocultural y procurando su desarrollo y evolución en forma sustentable”.

La directora de nutrición en el Centro de Orientación Alimentaria, Julieta Ponce Sánchez, planteó la necesidad de implementar políticas públicas para que haya disponibilidad y accesibilidad del amaranto todo el año.

“Algunas de las acciones que sugerimos sobre el amaranto son: producción protegida, recuperación de tierras ociosas, multiplicar puntos de venta –con lo cual podemos generar más empleos y dinamizar la economía local–, apoyos y subsidios para este tipo de cultivos”, indicó.

Además, dijo, “incorporación a los programas sociales, que el Estado tenga una estrategia de acopio de los cultivos, tecnología de alimentos, y guía alimentaria, entre otras”.

Ponce Sánchez destacó la importancia de considerar al amaranto como un “alimento estratégico”, genéticamente originario del país; que tenga una producción limpia y justa –es decir que sea amable con el planeta y que no haya algunos criterios de injusticia y discriminación en su producción.

También que sea culturalmente aceptado, que tenga un alto valor nutricional y esté disponible y accesible todo el año.

Durante el evento se llevaron a cabo cuatro mesas de trabajo: “El amaranto en la seguridad y la soberanía alimentaria”, “Estrategias para la promoción del cultivo y consumo del amaranto”, “Desarrollo de la investigación y la innovación en la cadena de valor del amaranto” y “Políticas públicas y marco legal para la protección de las especies”.

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