08-01-2014.- La Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un acuerdo de la Mesa Directiva, por el que se exhorta al Senado de la República a continuar los trabajos legislativos para que a la brevedad sea declarado el 2014 como “Año del Bicentenario de la Promulgación de la Constitución de Apatzingán”. En el documento aprobado en votación económica, los legisladores piden a la Cámara de Senadores incluir con el decreto respectivo la creación de una comisión organizadora de la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de Apatzingán. Destaca que esa comisión será la encargada de preparar un programa base que contenga la relación de encuentros, acciones, expresiones, homenajes, calendarios cívicos, conmemoraciones y demás proyectos recomendables en todo el país para llevarse a cabo desde la entrada en vigor del decreto y hasta el último día del 2014. Cabe precisar que los integrantes de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente hicieron suyo el punto de acuerdo relativo a la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de Apatzingán, propuesto por la senadora Iris Vianey Mendoza Mendoza (PRD). En el documento, Mendoza Mendoza detalla que la promulgación de la primera Constitución fue posible por la lealtad y la firme creencia de José María Morelos y de los integrantes del Congreso de Apatzingán, en lograr la independencia completa y definitiva, en rechazo a un sistema monárquico y con la intención de implantar un gobierno, leyes y administración propias. Indica que a doscientos años, el ideal de la Constitución de Apatzingán de dar felicidad al pueblo y a cada uno de los ciudadanos, consistente en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad, no se ha cumplido. “Hoy tenemos un país profundamente dividido social y políticamente”. La diputada Iris Vianey Mendoza destaca que el Estado, a doscientos años de la gesta independentista, tiene importantes asignaturas pendientes. Además, desde la promulgación de la primera Constitución, México no puede seguir desarrollándose sólo para beneficiar a una minoría. Resalta que la pobreza en que viven más de sesenta millones de mexicanos y mexicanas es el problema social más lacerante y culposo de nuestro tiempo, pues es “una culpa histórica que hunde sus raíces en el pasado prehispánico y se prolonga y crece en los tres siglos de virreinato y en los últimos dos siglos de existencia republicana”. Argumenta que la enorme desigualdad social es un lastre que irremediablemente será transferido a las futuras generaciones si no se replantea desde ahora un modelo de crecimiento y la vigencia plena de las instituciones y de los derechos y garantías, que “reconocimos desde la Constitución de Apatzingán para conformarnos en una República”. -- ooOoo -- |