• Cada año más de medio millón de mujeres mueren en el mundo por esta causa

29-10-2014.- Durante el foro “Avances tecnológicos en la lucha contra el cáncer de mama”, diputados, investigadores, organizaciones sociales y funcionarios públicos coincidieron en que esta enfermedad es la segunda causa de muerte en el país, por lo que se ha convertido en un problema de salud pública. La única forma de combatirla es con la detección oportuna.

El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, diputado Rubén Benjamín Félix Hays (Nueva Alianza), enfatizó que el gran reto es hacer una política pública de detección y prevención del cáncer.

Una política pública de prevención, precisó, es más barato que atender a todos los enfermos de cáncer. Por ello, dijo, es importante impulsar la investigación y analizar una forma que sea más económica. “Tenemos que promover el ejemplo de las asociaciones civiles. No podemos esperar que el gobierno lo haga todo, ya que hay fundaciones que van a las comunidades a realizar mastografías y utilizan tecnología para tener de inmediato el diagnóstico”.

En tanto, el presidente de la Comisión de Salud, diputado Mario Alberto Dávila Delgado (PAN), señaló que el cáncer de mama ha ido a la alza y ha rebasado al cervicuterino. Por ello, recomendó, es necesario tomar medidas para detectarlo en estadios iniciales y tempranos, ya que eso marca el rumbo de la atención del paciente y el pronóstico.

Refirió que se están tomando algunas acciones conjuntamente con la Secretaría de Salud, en la detección de este problema. “Tenemos que concientizar a la ciudadanía, a todo el gremio médico y de salud, y establecer políticas públicas, principalmente en la detección”.

Comentó que el Ejecutivo federal planteó un incremento en el rubro presupuestario para mejorar las condiciones de los mastógrafos y contar con mayor personal médico, así como tener una buena interpretación de los estudios. Una de las acciones de la Comisión de Salud es solicitar mayor presupuesto para este rubro.

Al inaugurar el foro, el director general del CONACYT, Enrique Cabrero Mendoza, señaló que cada año más de medio millón de mujeres mueren en el mundo a causa del cáncer de mama y se diagnostican 1.38 millones de nuevos casos, según la Organización Mundial de la Salud.

En México, agregó, se estiman alrededor de 20 mil casos anuales y más de cinco mil defunciones. “La mortalidad a causa de este tipo de cáncer es un reto complejo para la sociedad, ya que crece de manera exponencial”.

Refirió que de 1980 al 2012, el cáncer de seno pasó de ser la décimo quinta causa de muerte entre las mujeres de 30 a 54 años, a convertirse en la segunda causa sólo después de la diabetes. “Lamentablemente aún es insuficiente lo que se sabe sobre sus causas y su cura; por eso, la detección oportuna es la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad”.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, informó, se tiene un grave retraso en la detección, ya que sólo entre el 5 y 10 por ciento de los casos se descubre en las etapas tempranas.

Por su parte, la diputada Minerva Castillo Rodríguez (PRI) comentó que el cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo, donde la mayoría de los casos se diagnostican en fases avanzadas.

Resaltó la importancia que tienen la ciencia y la tecnología para el diagnóstico de esta enfermedad, ya que los conocimientos actuales sobre sus causas son insuficientes. “Es necesario fomentar políticas para la innovación y desarrollo del conocimiento sobre el uso y las aplicaciones de la tecnología en los rubros de educación, salud y movilidad”.

La diputada Raquel Jiménez Cerrillo (PAN), secretaria de la Comisión de Salud, señaló que esta enfermedad representa un problema de salud pública, ya que en México cada nueve minutos se detecta un nuevo caso, lo que significa alrededor de 60 mil al año, de los cuales el 40 por ciento se encuentra en etapas avanzadas.

Los países latinoamericanos, entre ellos México, enfrentan un gran reto para ampliar la detección temprana y reducir así la proporción de casos. “Debemos sumar esfuerzos a fin de impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan enfrentar esta lucha por el bien de las mujeres”, agregó.

En su turno, la diputada Francisca Elena Corrales Corrales (PRI) resaltó que en la prevención está la forma para terminar con esta enfermedad y con tantas muertes en el país.

Consideró que se debe establecer en la ley que todas las mujeres que se detecten con esta enfermedad sean atendidas inmediatamente, “más allá de si es un tumor benigno o maligno, porque puede haber mucho tiempo perdido”.

La diputada Teresita de Jesús Borges Pasos (PRD) enfatizó que en nuestro país esta enfermedad representa la segunda causa de muerte y ocupa el primer lugar de incidencia en tumores malignos en las mujeres, además de representar el 11.3 por ciento de todos los casos de cáncer.

A partir del 2006, continúo, esta enfermedad se considera la principal causa de muerte de mujeres en México; en el 2009 se atribuyen casi mil defunciones y se estima que para el 2020 el número de nuevos casos será de 16 mil 500. Estimó que a pesar de los avances en las investigaciones, aún son muchas las incógnitas que quedan por resolver; por ello, consideró que se debe aumentar el presupuesto destinado a su atención.

La diputada Irazema González Martínez (PRI), secretaria de la Comisión de Ciencia y Tecnología, refirió que existen fundaciones que realizan distintas acciones como mastografías, a través de unidades móviles en las comunidades más alejadas, tratamientos y operaciones.

Consideró que estas fundaciones pueden ayudar a los legisladores a acercarse a los médicos e instituciones y hacer una red para resolver los problemas de las mujeres.

De la Fundación Beatriz Beltrones, José Arturo Soto Escobar comentó que con una detección oportuna se tiene un 95 por ciento de posibilidades de ser curado; sin embargo, en México menos del 10 por ciento de los casos se conocen a tiempo, “porque desafortunadamente no se ha fomentado en el país una cultura de prevención”.

“Hoy en día, nosotros encontramos en la fundación que el cáncer ya se encuentra en jóvenes a partir de los 25 años; entonces, es muy importante, para realizar esta cultura de prevención, fomentar este mensaje”, dijo.

Claudia Arce, del Instituto Nacional de Cancerología, explicó que en México se diagnostican aproximadamente 20 mil casos nuevos y la tasa de mortalidad es de 40 por cada 100 mil habitantes. Enfatizó que no se ha logrado disminuir la mortalidad porque no se diagnostica en etapas tempranas, ya que el 90 por ciento de las pacientes se detectan porque ya se palpan un tumor en la mama.

Añadió que más de la mitad de los casos, es descubierta en mujeres jóvenes y solamente el 10 por ciento en etapas tempranas, en donde la opción de cura es significativamente mayor. Consideró que se deben mejorar las condiciones de detección oportuna y mejorar la capacitación del equipo de salud y evitar retrasos en el inicio del tratamiento y cirugías inadecuadas por mala información.

Herman Soto Molina, de HS Estudios Farmacoeconómicos, enfatizó que el cáncer de mama es la quinta enfermedad más costosa; sin embargo, precisó que en la primera etapa se tiene un menor costo que en las siguientes, y en la cuarta fase se duplica.

Precisó que también representan costos para las familias por la dieta y los tiempos entre el 15 al 50 por ciento del total. “Necesitamos nuevos tratamientos, detección temprana y adelantos tecnológicos para impactar en la enfermedad”.

De la Fundación CIMAB, Karla Unger, señaló que de acuerdo con una investigación, el principal problema está en el retraso del diagnóstico por errores médicos y problemas de acceso. Por ello, se busca contribuir en el diseño de políticas públicas dirigidas a reducir los tiempos, para que las pacientes se puedan diagnosticar en etapas tempranas y esto repercuta en menor mortalidad, mejor calidad de vida y menores costos para los sistemas de salud.

Consideró que los retos fundamentales son: escoger cuáles son las innovaciones prioritarias a las que la gente debe tener acceso, es decir, seleccionar bien la tecnología que impacta en la supervivencia, calidad de vida y que sea efectiva, así cómo acercar esas innovaciones a quien más lo necesita y garantizar los servicios de forma oportuna.

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