• Convenios entre instituciones públicas para abrir plazas a egresados técnicos y profesionistas con promedio de excelencia, propone
• Afirma que bono demográfico juvenil debe aprovecharse para evitar efectos sociales y económicos lamentables

24-05-2015 El diputado Tomás Torres Mercado (PVEM) afirmó que el Estado mexicano tiene una deuda ineludible con los jóvenes, por lo que propuso que los estudiantes que concluyan su preparación académica con un alto promedio tengan la posibilidad de contar con un empleo en alguna de las empresas productivas estatales, organismos descentralizados y dependencias de la administración pública federal.

En un punto de acuerdo, el legislador solicitó a que las secretarías del Trabajo y Previsión Social y de la Función Pública, así como el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) se coordinen para celebrar convenios con esas instituciones públicas, “que permitan abrir plazas laborales a jóvenes estudiantes de carreras técnicas y profesionales que concluyan sus estudios con un promedio de calificaciones de excelencia”.

Argumentó que el bono demográfico juvenil debe aprovecharse al máximo, porque “tiene fecha de caducidad y de no generarse las oportunidades de desarrollo para los jóvenes lo perderemos irremediablemente con consecuencias lamentables y perdurables”.

Urgió a actuar en ese sentido, sobre todo, porque la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indica que al primer trimestre del presente año, 52.4 por ciento del total de la población desocupada del país se compone de jóvenes de entre 15 y 29 años.

Escenario preocupante, dijo, si se considera que diversos estudios señalan que más de la mitad de ellos labora en actividades informales con salarios precarios y sin acceso a la seguridad social.

Torres Mercado señaló que aunque se han realizado acciones significativas en favor de la juventud mexicana “debemos redoblar esfuerzos”, por lo que convocó a todas las fuerzas políticas a impulsar acciones que contribuyan a diseñar programas integrales para aprovechar el talento de esta población y se materialicen en su beneficio las reformas constitucional y laboral aprobadas.

Conscientes de la problemática, agregó, es responsabilidad de los legisladores impulsar diversas reformas y acciones destinadas a garantizar nuevas oportunidades para la juventud mexicana.

Sostuvo que sólo con educación, trabajo y capacitación se logrará desmantelar el círculo vicioso de la pobreza, la desesperanza y la violencia al que muchos mexicanos se encuentran atados, en donde este sector de la población “ha resentido con mayor fuerza el débil crecimiento de la economía en las décadas pasadas”.

Subrayó que muchos jóvenes que terminan sus estudios profesionales con calificaciones de excelencia tienen dificultades para ingresar al mercado laboral, lo que representa un serio desperdicio de talento.

Comentó que de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, del Inegi, en México viven 36.2 millones de jóvenes, 50.8 por ciento son hombres y 49.2 por ciento mujeres con un rango de edad de entre 12 a los 29 años.

Representa un bono demográfico que bien aprovechado puede impulsar el desarrollo nacional para alcanzar mayores niveles de bienestar y paz social, porque “es una ventana de oportunidad para acumular capital humano y social, lo que sumado a un incremento de la inversión, la productividad y el consumo colocaría al país en la ruta de la prosperidad”, aseveró.

Precisó que este bono sólo puede hacerse efectivo si potenciamos las habilidades de la juventud y se le proporciona un entorno educativo y laboral que propicie el desarrollo de nuevas ideas, productos y procesos, así como aplicar la reforma a la Ley Federal del Trabajo, en la cual se otorgaron facultades al Servicio Nacional de Empleo para diseñar, conducir y evaluar los programas específicos para jóvenes.

Y sumados a los mecanismos establecidos en la reforma energética, permitirán que las fuentes de trabajo generadas se destinen de manera preferente a dicho grupo poblacional, concluyó.

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