30-03-2016.- El presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva, calificó de “alarmante” la creciente fuga de talentos mexicanos en ciencia y tecnología hacia el extranjero, situación que “debe cimbrar la conciencia” de los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Al inaugurar el I Foro Nacional: “De la Generación del Conocimiento Científico y Tecnológico, al Campo Laboral”, enfatizó que ciencia y tecnología deben redimensionar su papel en el desarrollo del conocimiento y su relación con la generación de empleos.

Consideró necesario que haya voluntad y convicción para desplegar políticas públicas que resuelvan la gravedad que vive nuestro país en este terreno; eviten que los jóvenes tengan que buscar oportunidades en otro país, e incentiven la participación de la iniciativa privada en este ámbito.

“Pensemos en tomar medidas -no solamente los diputados, sino también el ámbito gubernamental- y en la responsabilidad que a cada quien le corresponda. No se trata sólo de que generemos más científicos y técnicos mejor preparados, sino que tengan un ambiente en el que puedan ser ocupados, y no anden mendigando trabajo”, subrayó.

Zambrano Grijalva consideró que los diputados deben tomar decisiones en materia presupuestal, tomando en cuenta la Educación Superior y el impulso de la Ciencia y la Tecnología. Calificó de oportuna la realización de este foro, ya que se encuentra próximo el inicio de las discusiones para el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017.

Estimó que tanto la Secretaría de Educación Pública (SEP) como el Consejo Nacional de Ciencia y la Tecnología (Conacyt), también deben hacer lo correspondiente para incentivar la generación de conocimientos.

En su intervención, Jaime Valls Esponda, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), lamentó que en México sólo existan 0.90 investigadores por cada mil habitantes de la Población Económicamente Activa, cifra por debajo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de poco más de siete por cada mil.

Refirió que la participación en el Gasto de Ciencia y Tecnología (CTI) en países como Corea del Sur, es del 70 por ciento, mientras que en México es del 25 por ciento.

Pese a que en el país existen 365 instituciones que ofrecen mil 122 programas de doctorado, con una matrícula de 39 mil 139 estudiantes, la calidad de la gran mayoría de los egresados (siete mil 662 en el periodo 2014-2015) no ha sido evaluada, y las áreas de especialización se encuentran en administración, educación, ciencias sociales y humanidades.

“Existen, por lo consiguiente, asimetrías importantes en el mercado educativo y el mercado laboral de doctores que urge conocer y atender. Los sectores productivos no los están integrando debidamente a sus procesos. Los doctores e investigadores encuentran como su única opción laboral el sector académico, fundamentalmente público”, remarcó.

En su participación, el diputado Leonardo Rafael Guirao Aguilar (PVEM) dijo que se deben impulsar acciones para logar mejores recursos para 2017. Este año, a pesar del Presupuesto Base Cero, aumentó de 86 mil millones de pesos a 91 mil millones, “difícil en una situación gris por la caída del precio del petróleo, la devaluación del peso y el incremento del dólar”, señaló.

Por su parte, la diputada Tania Victoria Arguijo Herrera (PRD) sostuvo que, según datos de la OCDE, México se ubica entre los 10 países con más graduados en posgrado en el ámbito de ciencias; sin embargo, 900 mil mexicanos con estudios de licenciatura han emigrado a 67 países y cerca de 300 mil con maestría o doctorado.

La secretaria de la Comisión de Ciencia y Tecnología agregó que entre las razones por las que ocurre la migración de estos profesionistas está el desempleo, el salario bajo y la inseguridad, por lo que es fundamental que el gobierno apueste a la tecnología y la única forma es mediante equipamiento, formación y oportunidades laborales competitivas, porque existe talento mexicano.

La diputada Patricia Elena Aceves Pastrana (Morena) señaló que es necesario incentivar la formación de investigadores; potenciar la formación de científicos; atender deficiencias y desigualdades regionales de infraestructura educativa y equipamiento; aumentar la inversión del sector privado y disminuir la pública, así como vincular el sector académico con el empresarial para abrir espacios de desarrollo profesional.

Señaló que el sector privado no se vincula con instituciones para desarrollar sus productos, ni invierte en lugres donde puedan trabajar los investigadores. “La vinculación mayoritaria del sector académico, dijo, es con los centros públicos de investigación, lo que genera falta de espacios laborales, situación que se profundizará porque la matrícula se concentra en la Ciudad de México, Estado de México y Jalisco”.

Por Movimiento Ciudadano, la diputada Mirza Flores Gómez resaltó la preocupación por “construir estrategias para generar oportunidades y destrabar los añejos candados existentes” que impiden el desarrollo de la ciencia e investigación. La educación e innovación tecnológica son los puntales para el avance de México, afirmó.

Se pronunció por abrir espacios para captar y retener a los investigadores mexicanos con salarios dignos y sin el perjuicio de la edad. Afirmó que los científicos requieren contar con un marco jurídico que aliente su actividad, y no estén sujetos a condicionantes legislativos y de reglamentación que obstaculizan su avance. Se requieren incentivos para contratarlos y vincularlos a la planta productiva y, por ende, al desarrollo nacional, agregó.

Refirió que la reforma a las leyes General de Responsabilidades de los Servidores Públicos y del Conacyt eliminó el conflicto de intereses de los investigadores, para que sus logros científicos puedan usufructuarse económicamente en beneficio colectivo, a través de la generación de empleo y exportación de innovación.

La diputada del PRI, Lucely del Perpetuo Socorro Alpizar Carrillo apuntó que “la ciencia debe ser el pilar de la economía y base del desarrollo social”; es indispensable establecer sinergia entre los sectores público y privado para impulsar el desarrollo científico, su actualización e innovación en México, y que los avances tecnológicos se reflejen en el repunte económico del país, de las empresas y beneficien a la población.

La investigación tiene que atender las necesidades regionales y empresariales específicas. Destacó que el interés económico empresarial y las metas de los investigadores por contar con más presupuesto deben conjuntarse; el avance de la ciencia no puede quedarse inerme en la nación. “Los hombres de negocios deben entender que invertir en la ciencia no es barato y sus resultados son de largo plazo”.

La industria no puede transitar del ensayo al error, es vital que esté fortalecida y cimentada en el conocimiento tecnológico para que responda a las demandas del país, y la riqueza que genera se distribuya equitativamente, aseveró.

Salvador Jara Guerrero, subsecretario de Educación Superior de la SEP, durante su ponencia mencionó que la Tecnología e Innovación Universitaria busca impulsar una economía basada en el conocimiento, cuyo funcionamiento se sustente de manera predominante en la producción, distribución y uso intensivo de la información.

Las características de la innovación en la educación superior en México se basan en la flexibilidad, intensidad, pertinencia, enfoque de competencias, formación dual, profesorado, emprendedurismo e internacionalización.

Con ello, continuó, se ha logrado que el sistema de educación superior sea flexible, innovador y con una actualización constante en sus modelos educativos; se incrementó el uso de las tecnologías digitales; se desarrolló la infraestructura científica y tecnológica del país.

Además, se consiguió la transferencia y aprovechamiento del conocimiento, a través de la vinculación de las instituciones de educación superior y los centros de investigación con los sectores público, social y privado.

Para el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón Castañón, la formalización de la economía está en el crecimiento de las empresas, no “en que hostiguemos a la micro empresa y busquemos regularlas para que contribuyan”.

Indicó que la carga administrativa de la gestión de la empresa
“se vuelve tan pesada que el atractivo para irse al mercado informal es muy grande”.

El tema de la economía formal e informal no se trata sólo de la normatividad y regulación sobre las empresas, sino del crecimiento de las microempresas, para lo cual es necesaria una nueva cultura que les permita convertirse en medianas empresas y a éstas en grandes.

Impulsar una política pública y la generación de conocimiento, “unidos en una visión de lo que podemos hacer para genera valor, tecnología y productos mexicanos con valor competitivo global, nos dará fortaleza económica frente a un mundo que está cambiando aceleradamente”.

En los últimos cinco años la productividad en micros y pequeñas empresas (Mipymes) disminuyó dos por ciento, mientras que en las grandes empresas, aumentó 12 por ciento, por lo que México enfrenta grandes retos, pues 95 por ciento de las empresas son pequeñas, con menos de 10 trabajadores y el 80 por ciento no usa tecnología.

Planteó analizar esquemas que incentiven, como estímulos y deducibilidad fiscales, para hacer atractiva la inversión en innovación, con candados suficientes para que no se desvíen los recursos y, transparentemente, se pueda invertir.

Propuso integrar un consejo nacional de investigación aplicada, donde participen ANUIES, Conacyt, universidades, entre otros para buscar soluciones a la problemática del sector.

El rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Salvador Vega y León, señaló que la situación económica de los alumnos no debe ser impedimento para participar y concluir en los programas de posgrado.

Es necesario incrementar el monto de las becas para fortalecer la formación de recursos humanos mejor calificados para el país e impulsar una vinculación más orgánica entre instituciones de educación superior y la iniciativa privada, particularmente con empresas dedicadas a la investigación, desarrollo e innovación, lo que dará calidad y mayor pertinencia a dichos programas.

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