- De 2013 a 2016, los mexicanos pasaron de consumir tres libros por año a cinco; sin embargo, son objetos de lujo para unos cuantos
- Se pierde 70 por ciento de la concentración al leer en medios electrónicos
05-12-2018.- Al instalar los trabajos del Consejo Editorial de la LXIV Legislatura, su presidente, diputado Ricardo de la Peña Marshall (PES), afirmó que la lectura es herramienta fundamental para que gobierno y sociedad dirijan sus esfuerzos a consolidar políticas públicas que conviertan a México en un país permanentemente preparado. Aseguró que “hoy más que nunca debe quedar claro que invertir en lectura, historia y aprendizaje es prioritario, ya que esos elementos están fuertemente vinculados con el desarrollo nacional”. Ese hábito, dijo, nos ayuda a ser creativos, mejorar la memoria y fortalecer procesos cognitivos. “Quienes tienen gusto por esa actividad contribuyen a formar una sociedad menos vulnerable y con mayor desarrollo; sin embargo, nuestro país ha permanecido culturalmente alejado de ella”. Precisó que, de acuerdo con la Encuesta de Lectura de 2015, sólo cuatro de cada 10 personas en México leen, y 48 por ciento de los jóvenes nunca ha visitado una biblioteca. “Es el reto que llevamos quienes formamos parte de este Consejo: lograr que bibliotecas, editoriales y lectores trabajen de la mano”. Por su parte, continuó, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) refirió que, en 2013, México ocupaba el penúltimo lugar en consumo de lectura de una lista de 108 países y, en promedio, el mexicano consumía menos de tres libros al año y dedicaba tres horas a la semana a dicha actividad. El legislador explicó que la poca lectura se debe principalmente a factores como falta de interés y problemas económicos, ya que los libros se han convertido en casi objetos de lujo y al alcance de unos cuantos. Afirmó que “el papel, la tinta y el aroma de un libro no se encontrarán en una tableta electrónica o un teléfono”, aunque también consideró necesario impulsar el uso de la tecnología para la divulgación de textos. De la Peña Marshall destacó que “no todo es malo”, pues, en promedio, los mexicanos pasaron de consumir tres libros en 2013, a 5.3 en 2016. “Significa que hemos acortado camino y comenzamos a migrar hacia una sociedad más informada y con mayor deseo de aprendizaje y superación. Los libros son un escaparate, una posibilidad, porque leer nos libera, amplía nuestra perspectiva y despliega nuestra imaginación”. Estimó que el Consejo Editorial tiene la oportunidad de fortalecer y contribuir en la construcción de estrategias y políticas a favor de la lectura, para dar un nuevo pulso a la historia y a la reconceptualización del país, así como a la revalorización de las instituciones”. Finalmente, puntualizó que el trabajo del Consejo se caracterizará por la voluntad política de cada uno de sus integrantes, su compromiso institucional y el alto grado de responsabilidad social con México. “Estaremos abiertos a escuchar e incorporar todas las voces, para cambiar la perspectiva que se tiene del Congreso”. La diputada del PRD, Abril Alcalá Padilla, manifestó su compromiso con la pluralidad de ideas y la formación, a partir de la lectura, ya que sólo a través de ese buen hábito se logrará un país de más y mejor conocimiento. Subrayó que en la Legislatura “no pasará de noche” este propósito, y la conformación del Consejo Editorial es una buena señal que deja claro el objetivo de llevar el aprendizaje más allá de lo tradicional. El diputado Brasil Alberto Acosta Peña (PRI) dijo que los libros son una buena mercancía, pero muy poco consumida. “Existen en el país 600 librerías, las cuales son muy pocas para la cantidad de habitantes”. Agregó que el sistema educativo que tenemos “no nos enseña a leer y la dinámica de quienes trabajan tampoco les deja mucho tiempo libre para retomar esa actividad”. Se pronunció por rescatar a los grandes pensadores mexicanos y promover la lectura entre la población, pues hoy se prefiere pagar por un celular o por otro tipo de contenido. “Tenemos que hacer que las personas dejen los aparatos electrónicos, pues al leer por esos medios, se pierde el 70 por ciento de concentración”. Sarahí Gómez Cárdenas, diputada del PAN, se manifestó por reconciliar a la lectura con los procesos de enseñanza. También es importante revalorizar a las instituciones, porque “no se puede echar a la basura lo que sí funciona”. Resaltó la necesidad de abrir la labor del Consejo a todos los ciudadanos, a fin de que sean parte de la cultura editorial. “Debe quedar claro que la lectura abre caminos y promueve el libre pensamiento y la expresión de ideas”. El diputado Hirepan Maya Martínez (Morena) subrayó que este órgano de la Cámara debe ser parte de una política editorial de fondo; es decir, no sólo tiene que concretarse a la publicación de libros, sino influir en la toma de decisiones que fortalezcan a la industria del libro. Estimó indispensable abrir espacio a los editores independientes, así como a las editoriales universitarias y propiciar comunicación con la Secretaría de Cultura. “También tenemos que apoyarnos en la tecnología para acercar las publicaciones a toda la población mediante descargas gratuitas, debido a que los libros son caros y hasta considerados como objetos de lujo”, concluyó. --ooOoo-- |