El caso del delegado de Iztapalapa, Jesús Valencia y el conflicto de interés en que incurrió al aceptar dádivas de contratistas de la demarcación, como un par de camionetas de lujo, es equiparable al de la “casa blanca” de la esposa del Presidente de la República y la mansión del secretario de Hacienda, planteó el vocero de la fracción del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados, Juan Pablo Adame. “Yo equiparo no solo el caso de la casa blanca y el del delegado, a una crisis institucional en donde por supuesto, el ejemplo más grande es el de la casa blanca como el referente más grande que hemos tenido en los últimos meses, de la urgencia del sistema nacional anticorrupción”, expuso Adame Alemán. En cuanto a si el PAN teme que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) encubrirá las faltas cometidas por el delegado Valencia Guzmán, el legislador del albiazul señaló que ese riesgo es latente, existe preocupación al respecto y por eso es indispensable que la autoridad local no actúe como gobierno de “amigos, compadrazgo, de tribu política o de tapadera”. En tanto, el diputado federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Fernando Zárate, señaló que el delegado debe asumir su responsabilidad por las anomalías cometidas, pedir licencia y someterse a la investigación de la autoridad local, a fin de esclarecer los hechos, pero sin que se exija su renuncia ni se le juzgue a priori. Zárate Salgado dijo que los panistas no tienen calidad moral para demandar aplicación de la ley cuando ellos también han protagonizado casos de corrupción como el de la Estela de Luz. Sin embargo, coincidió en que si hay intercambio de favores entre contratistas y autoridades, la irregularidad es la misma, aunque se trate de camionetas de casi un millón de pesos o de casas de más de 7 millones de dólares. “En temas de corrupción es lo mismo un peso que 100 millones. Me parece que la conducta de corrupción impacta en toda la sociedad y a mí me interesaría como ciudadano y como representante popular que se castigara con el mismo rigor el hurto o el desvío de un peso, como un favor a un contratista por 800 mil pesos, como el desvío a través de distintas conductas, que sería una colusión por 7.5 millones de pesos en una casa”, manifestó el perredista. “La conducta es la misma, el error es el mismo, unos podrán ser centavos y otros pesos pero el gran daño a la sociedad es el mismo”, enfatizó. Agregó que el titular de la demarcación Iztapalapa también incurrió en violaciones a la ley de tránsito, por el choque de la camioneta que conducía, aunado a que no recibió el mismo trato que el resto de los ciudadanos, quienes a la menor falta, son remitidos por la autoridad. Tras considerar que el funcionario debió ser detenido, sometido a exámenes físicos y de toxicología para esclarecer si conducía en estado de ebriedad, bajo los influjos de alguna droga o algún medicamento, el diputado Zárate también criticó que el jefe delegacional de Álvaro Obregón no dijera nada sobre el incidente que ocurrió en su demarcación. Asimismo, cuestionó el silencio del líder del PRD en la capital, que públicamente ha exigido sanción a los casos de corrupción en otros entes como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PAN, pero sobre Valencia no se ha pronunciado; y recriminó que la conducta indiferente ante los hechos también se refleje en la dirigencia nacional perredista. Manifestó que a su consideración, en el caso Iztapalapa hay complicidades para proteger al funcionario local, cuando la justicia debería ser “ciega” e incluso, la Contraloría capitalina tendría que auditar todos los contratos firmados por los jefes delegacionales con sus distintos proveedores, para evitar episodios como el referido. Duración 00’’, nbsg/m. |