Jesús Sesma, colaborador: Las decisiones que valiente y responsablemente ha tomado el presidente de la República sobre el precio de la gasolina pueden resultar impopulares y molestas para la mayorÃa de nosotros, pero en realidad son más que necesarias para seguir manteniendo nuestra estabilidad económica y los apoyos para los mexicanos más pobres. Hay muchos que quieren encontrar culpables, pero el aumento principal es producto de los incrementos del precio del petróleo. Además, la propia reforma energética ya plateaba la apertura del mercado de las gasolinas, lo cual significa que el precio puede subir y puede bajar, dependiendo de la competencia que, afortunadamente, se comenzará a dar en este sector en el presente año. Por otro lado, el precio de la gasolina estaba subsidiado por nuestro gobierno con -aproximadamente- 200 mil millones de pesos al año, lo cual provocaba un impacto muy negativo en las finanzas públicas del paÃs. Según los expertos, este subsidio beneficiaba solamente al 10 por ciento de la población que son los que cuentan con mayores ingresos económicos, es decir, le sirve quienes menos lo requieren e impiden destinar esos recursos a cuestiones más importantes y necesarias como los programas sociales que benefician y ayudan a las familias más necesitadas. Tan solo para tener una idea de lo que significan esos 200 mil millones de pesos, dicha cantidad equivale a lo que nuestro paÃs invierte en materia de seguridad, el doble de lo que dedicamos al programa Prospera, que otorga apoyos a educación, salud y alimentación a casi siete millones de familias y a cien veces más de lo que cuesta abastecer de leche a las 10 millones de niñas y niños más pobres de todo México. La eliminación del subsidio a la gasolina también provocará una reducción del uso del automóvil y en consecuencia, menos contaminación ambiental, ello sin dejar de mencionar que el impuesto que se recauda le servirá mucho a los estados porque le permitirá contar con más recursos para cubrir las necesidades de la población, como invertir en transporte público de calidad y menos contaminante, entre otras cosas. A nadie le gusta pagar más por lo que consume, pero la solución tampoco está en la violencia. Una de las cosas que necesitamos para mejorar la condición económica del paÃs es la inversión extranjera y esto no llegará si no contamos con estabilidad, seguridad y paz social. Espero sus comentarios en mi Twitter, @ChuchoSesmaPVEM; y en mi Facebook, que es mi nombre, Jesús Sesma. Duración: 02’ 30†bmj/m |