A fin de superar la crisis social desatada por la reforma educativa de 2012 y consensuar otra con base en la profesionalización, evaluación y respeto a los derechos laborales del magisterio para elevar realmente la calidad formativa del alumnado, el diputado Omar Ortega Álvarez propuso al Congreso de la Unión la “Ley Para el Diálogo y la Construcción de Acuerdos Para la Educación”.

Con la aprobación de esta ley, dijo, el Congreso atendería el clamor ciudadano y le tomaría la palabra al gobierno en el sentido de que, por ser el único facultado para “reformar la reforma educativa”, debería participar en la solución del conflicto desde su raíz, es decir, desde la modificación de una reforma que ha generado inconformidad en muchos profesores que, con ella, ven conculcados sus derechos.

La iniciativa de ley puesta a consideración del Congreso a través de su Comisión Permanente, establece las bases jurídicas para el diálogo y los acuerdos.

Así mismo, prevé la creación de una Comisión con 10 representantes del Legislativo, cinco del Ejecutivo, cinco del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y cinco de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Dicha Comisión deberá organizar diferentes mecanismos de participación democrática y deliberativa con los diversos sectores de la sociedad a fin de lograr y presentar ante las cámaras del Congreso, en máximo seis meses, una propuesta de reforma integral del sistema educativo nacional, afirmó.

Para facilitar el diálogo y la conciliación, prevé suspender los procedimientos judiciales, administrativos y laborales contra integrantes de la CNTE hasta el término de los trabajos.

Los resultados de éstos deberán reflejarse en cambios a las leyes General de Educación, General del Servicio Profesional Docente y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, aunque no necesariamente sólo en ellas.

El legislador perredista señaló que la reforma educativa iniciada a nivel constitucional a finales de 2012 y concluida a nivel de leyes secundarias en 2013 no logró sacar de su crisis al sistema educativo nacional.

Desde su discusión en el Legislativo, recordó Ortega Álvarez, esta reforma se ha visto inmersa en un clima de turbulencia social que obligó al Congreso a sesionar, incluso, en una sede alterna.

Es necesario que el Congreso sea sensible al hecho de que está reforma, por la falta de diálogo en su creación y la rigidez en su aplicación, genera más problemas que los que resuelve, puntualizó.

En consecuencia, debe convocar a las partes a un diálogo real y a la redacción conjunta para un nuevo Sistema Educativo Nacional de calidad y sin violencia. /gh/m