A poco más de dos meses de haber recibido el Cuarto Informe de Gobierno del Presidente de la República y de llamar a comparecer a los secretarios de Educación, Gobernación, Energía, Economía y Agricultura, entre otros, los diputados federales decidieron formular 81 preguntas parlamentarias.

Por escrito, los congresistas pidieron al Ejecutivo Federal complementar la información presentada y resolver dudas sobre la inseguridad, el combate a la pobreza, la corrupción, impunidad, delincuencia organizada, PEMEX, la relación México-Estados Unidos, el campo y la polémica visita de Donald Trump. Sin embargo, los legisladores difieren en cuanto a la utilidad de ese ejercicio vigente desde el 2008.

Para el presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador del PRD, Francisco Martínez, las preguntas parlamentarias están “desfasadas”.

Incluso, comparó el ejercicio con la contestación de un “recado” de los legisladores al Ejecutivo, porque éste ya no acude a dialogar directamente con el Congreso.

“No hay diálogo entre poderes, creo que el Presidente de la República tiene que venir aquí y dialogar con sus pares y responder las preguntas que se le hagan y no contestar recados, ¿no? Es algo así, contestar recados, contestar recados”, apuntó.

El vicecoordinador de la bancada del PRI, Jorge Carlos Ramírez, coincidió en que es necesario buscar otro modo de obtener respuestas.

“Yo estoy totalmente de acuerdo con eso, hay que buscar un nuevo mecanismo porque, realmente en la pregunta parlamentaria nosotros le preguntamos sobre cosas que ya vienen en el informe y el Ejecutivo podría contestarnos: bueno ¿que no ha leído usted el informe? Yo creo que son mucho más ricas las comparecencias tal y como las hemos venido haciendo, con menos discurso, más preguntas, más tiempo al funcionario para responder”, dijo.

Sin darle vueltas al asunto, Ramírez Marín manifestó que las preguntas no están sirviendo de mucho aunque, el Ejecutivo siempre contesta.

“Estaríamos de acuerdo en que las preguntas no sirven de mucho, es un esfuerzo adicional para seleccionarlas y una respuesta del Ejecutivo que nunca las deja sin responder. Pero es un mecanismo poco eficiente cuando después de la pregunta parlamentaria termina el proceso”, recalcó.

El coordinador parlamentario del PAN en San Lázaro, Marko Cortés, se pronunció en contra de desaparecer las preguntas parlamentarias, aunque las respuestas no han sido satisfactorias.

Eliminarlas, sería terminar con una herramienta que permite exigir cuentas, aunado a que los congresistas tienen derecho a preguntar.

“Ciertamente, las de la Glosa del año pasado no nos dejaron satisfechos y es por eso que queremos revisar ahora estas, y ya en base a eso, llegará el momento de plantear un formato de Glosa que permita mayor diálogo, mayor profundidad. Las veo necesarias en este momento porque el Presidente no viene al Congreso a informar, entonces no existe un diálogo directo”, apuntó. Por la bancada de Movimiento Ciudadano (MC), el diputado Jorge Álvarez coincidió en que las preguntas no deben desaparecer, por ser uno de los últimos instrumentos de contrapeso entre el Ejecutivo y el Legislativo.

“El mecanismo de preguntas parlamentarias es muy importante porque si se responde, sí es un tema que el Presidente da respuesta. Que nos guste o no la forma en que responde, que sea un tanto anacrónica la forma en que responde, sí. Nosotros preferiríamos que esas preguntas estuviera aquí obligado en el Pleno a contestarlas, creo que eso sería mucho más valioso, un debate cara a cara y en tiempo real”, planteó.

Álvarez Maynez recordó que por segundo año, su bancada echó mano las redes sociales para que los ciudadanos contribuyeran a formular preguntas entre las que sobresalió el tema Trump.

El plazo para que el Ejecutivo responda a los cuestionamientos entregados oficialmente el pasado 25 de octubre, es de 15 días, plazo que vence el próximo 15 de noviembre.

Si la respuesta no es satisfactoria o no se presenta, los legisladores podrían interponer una queja ante el Primer Mandatario, justamente a quien se le preguntó. ys/m.