Boletín N°. 3782 Necesario crear políticas públicas que incluyan hogares unipersonales, monoparentales, extensos y compuestos
  • Número de familias compuestas por padre, madre e hijos está decreciendo: González de la Rocha
  • El 8 por ciento de la población en México regaña o pega a sus hijos como consecuencia de problemas económicos
  • Alcoholismo, drogadicción, inestabilidad emocional y baja autoestima son algunos factores que generan violencia en la familia

 

24-06-2014.- El número de familias nucleares, integradas por el padre, la madre y los hijos está decreciendo, por lo que es necesario crear políticas públicas que incluyan hogares unipersonales, monoparentales, extensos, compuestos e incluso los conformados por abuelos y nietos, indicó la doctora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Mercedes González de la Rocha.

 

En su conferencia, “Pobreza y familia en México”, que impartió durante el Congreso Nacional de Violencia Familiar, Pobreza y Políticas Públicas, Prospectiva y Estrategia, señaló que actualmente en México y en toda América Latina existe un incremento de este tipo de hogares. Lamentablemente, dijo, quienes diseñan las políticas públicas creen que sólo existe un tipo de familia.

 

González de la Rocha, agregó que los niños y adolescentes están sobrerrepresentados entre la población pobre, ya que en esta etapa existen mayores presiones económicas y menor ingreso per capita entre los miembros de la familia.

 

“La desigualdad social, lejos de mejorar, ha empeorado. Son cada vez más grandes las brechas entre los que tienen y los que no. Incluso estas desigualdades se encuentran en la familia con relación a la subordinación, la falta de autonomía, los diferentes patrones de consumo, la educación y los servicios de salud”, afirmó.

 

En el panel “Análisis de violencia familiar en contextos de pobreza”, la directora general adjunta de Igualdad de Género del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), Araceli García Rico, dijo que el 66 por ciento de las mujeres mexicanas sufre o ha sufrido algún tipo de violencia familiar, donde muchas, al no querer abandonar un vínculo de dependencia con su agresor, permiten que violenten a sus hijos hasta llegar a la muerte.

 

“Esto si consideramos que hasta hace poco la violencia familiar en nuestro país era considerada algo natural y se justificaba como un medio disciplinario a determinadas conductas, en detrimento de las mujeres y niños”, comentó.

 

Destacó que la pérdida de ingresos y empleo de los padres afecta el desarrollo emocional de los niños y adolescentes, ya que según el Coneval, el 8 por ciento de la población reportó que regaña o le pega a sus hijos como consecuencia de problemas económicos en el hogar.

 

En el 5 por ciento en los hogares, continuó, los padres regañan o pegan en más ocasiones a los menores de edad; el 2 por ciento estaría dispuesto a poner trabajar a sus niños y adolescentes para mejorar su situación económica, mientras que el 6 por ciento dijo que algún integrante del hogar abandonó su hogar para trabajar en el extranjero.

 

Destacó que por falta de recursos el 8 por ciento reportó estar dispuesto a dejar de ir al doctor ante situaciones de dificultad económica, uno de cada tres hogares compra comida más barata para mejorar su situación; en tanto, 4 de cada 10 hogares señaló que alguno de sus integrantes se ha visto obligado a conseguir otro empleo o vender diversos productos por falta de dinero.

 

En su turno, la directora de asistencia jurídica de la Dirección General Jurídica y de Enlace del Sistema Nacional DIF, Juanamaría Padilla Medel, resaltó que entre los factores de riesgo que generan violencia en la familia se encuentran: alcoholismo, drogadicción, inestabilidad emocional, baja autoestima, padres que sufrieron violencia, falta de comunicación y problemas económicos.

 

Comentó que durante el 2009, México reportó que tres de cada 10 hogares, al menos uno de sus miembros fue víctima de violencia y una tercera parte de los niños de 6 a 9 años fue maltratada por algún familiar o en la escuela.

 

En el 2010, continuó, dos de tres niños y niñas recibieron al menos una agresión física; cuatro de cada 10 mujeres fueron víctimas de violencia familiar; dos de cada 10 sufrieron violencia económica, 13 de cada 100 violencia física y siete de cada 100 violencia sexual por parte de su pareja.

 

De Save the Children, Rosa Poiré, comentó que según el Índice Global de Paz 2013, México se ubica entre los 7 países que más limitó su índice de paz en los últimos años, al ocupar el lugar 133 de 162 países.

 

Expresó que, según la ONU, la violencia es un problema de salud pública, ya que existe un incremento de muertes por homicidio de 70 por ciento; donde 74 por ciento se presenta entre los 15 y 19 años; y un incremento en los suicidios de 136 por ciento entre el grupo de niñas y niños de 10 a 14 años.

 

Por parte del AIFAM-Puebla, Carmen Nava Aguilar, precisó que 67.6 por ciento de niños y niñas poblanas viven en condiciones de pobreza, es decir, carecen recursos básicos para su sustento; 17.5 por ciento se encuentra en extrema pobreza; 55 por ciento no son derecho-habientes y 7 por ciento de sus familias no cuenta con agua entubada. “El educar en estas condiciones genera en los padres estrés que transmiten y afectan a los niños llevándolos a la tortura”, apuntó.

 

Del AIFAM-Veracruz, Efrén Jiménez Rojas, expresó que 26.5 por ciento de los veracruzanos viven con carencias en el acceso a la alimentación y el grado de rezago social es alto.

 

En cuanto a los indicadores sobre violencia familiar, dijo que la entidad ocupa el tercer lugar con el mayor número de mujeres violentadas por sus parejas, con 654 mil 752 casos, además es el tercer estado con mayor número de eventos de violencia familiar en niños de 0 a 9 años, según la Secretaría de Salud.

 

Al finalizar el panel, catedráticos y expertos coincidieron en que necesario colocar el tema de violencia familiar como un asunto de interés público y generar mayores ingresos en programas destinados a atender esta problemática.

 

Previamente, en la ponencia “La Teoría del Apego”, Álvaro Pallamares, director de Vínculos y Counseling, Santiago, Chile y especialista en Salud Mental Infantil, resaltó que los infantes que son maltratados en el primer año de vida suelen convertirse en personas que no son capaces de mostrar sus sentimientos en su edad adulta.

 

Expuso que todos los seres humanos están diseñados para buscar regulación y calma en la interacción con otro y cuando ésta no es efectiva en la primera parte de la infancia, el menor tiende a desarrollar estrategias de auto consuelo, algunos niños se inhiben o se dañan ellos mismos.

 

Resaltó que en la primera infancia es cuando, frente al estrés, la regulación externa es efectiva, ya que estimula áreas cerebrales específicas que posteriormente permiten la autoregulación emocional adaptativa.

 

Finalmente, puntualizó que para tener adultos que no sean violentos, es necesario que durante su primera etapa de niñez se le haya educado en un clima de comprensión y amor, pues esto permitirá desarrollar valores y confianza en sí mismo.

 

 

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