Boletín N°. 5529 | Establecer cuotas de género en cámaras y confederaciones empresariales, propone iniciativa |
Mujeres dirigen 412 mil negocios; 32 por ciento percibe hasta dos salarios mínimos
26-04-2015 A fin de impulsar la participación femenina en el sector empresarial, la diputada Adriana Fuentes Téllez (PRI) propuso modificaciones legales para que los consejos de dichas organizaciones se integren con, al menos, la mitad de mujeres.
En su iniciativa de reformas a la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones, plantea que éstas participen en la formulación de estrategias para promover empresas, negocios y comercios encabezados por mujeres.
Se busca que las cámaras de comercio, servicios, turismo e industria, y sus confederaciones, agreguen un criterio que permita generar información desagregada por sexo en las reglas de operación del Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM).
Señala que el establecimiento de las cuotas de género ha demostrado su eficacia con resultados palpables para construir una sociedad más equitativa e incluyente, que reconozca el potencial de las mujeres.
“Debe extenderse a todos los ámbitos de la interacción social, colocarse en la primera línea de atención en el mundo económico. Las cámaras empresariales y sus confederaciones no pueden permanecer ajenas a esta realidad”, subraya la diputada Fuentes Téllez.
El empresariado mexicano, enfatiza, debe promover desde su organización interna, una configuración económica acorde con la vocación igualitaria y la estructura social del país, por lo que la presencia de mujeres en espacios de decisión es un requisito de inclusión insoslayable y de legitimidad democrática.
Las empresarias, apunta, enfrentan “el dominio del pensamiento androcéntrico que sitúa a los hombres en la esfera productiva y a las mujeres en la esfera reproductiva”, por lo que su incorporación al mundo de los negocios se da en condiciones de desventaja e iniquidad.
Entre otros problemas, se enfrentan a la carga del trabajo no remunerado, falta de capacitación, debilidad de la cultura emprendedora, dificultades para conciliar roles entre el trabajo y la vida familiar, así como la carencia de servicios de cuidado infantil.
La legisladora priísta se pronunció por fortalecer a las empresas encabezadas por mujeres. El acceso y control de recursos productivos fortalecen su posición en la familia, la sociedad y el mercado. Aunque la tendencia de participación femenina como empleadoras es estable, se mantiene muy por debajo de la participación masculina.
En política hay pautas que favorecen la participación femenina, “con resultados tan reales como que hoy representamos 37.8 por ciento de la Cámara de Diputados; ha habido seis gobernadoras y 5.4 por ciento de municipios –11.6 millones de mexicanos, 10 por ciento de la población— es gobernado por alcaldesas,”.
En el documento, la diputada Fuentes Téllez indica que 65 por ciento de las mujeres ocupadas, son trabajadoras asalariadas, y sólo dos por ciento son empleadoras.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), del total de la población ocupada al cuarto trimestre de 2014 –49 millones 823 mil 798 personas— dos millones 72 mil 609, cuatro por ciento, son empleadores o patrones; de ellos, 412 mil 691 son mujeres y un millón 659 mil 918 varones.
Además, 30 por ciento de los empleadores recibe más de tres y hasta cinco salarios mínimos, frente al 24 por ciento de mujeres que percibe esos ingresos; de las mujeres empleadoras, 32 por ciento percibe hasta dos salarios mínimos, en contraste con el 24 por ciento de los varones; sólo 19 por ciento de las empleadoras percibe más de cinco salarios mínimos, contra el 24 por ciento de los hombres.
Las pequeñas y medianas empresas (Pyme) tienen una aportación económica de la mayor importancia, al contribuir con siete de cada 10 empleos formales, según la Secretaría de Economía, por lo que este sector es foco de atención en materia de política pública y legislativa y es necesario fortalecer su desempeño.
Por ello, se pronuncia por ampliar la capacidad emprendedora de las mujeres y convertirlas en fortaleza y ventaja competitiva para robustecer la economía, atraer inversiones y posicionar los productos mexicanos en el país y fuera de él.
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