Boletín N°. 5829 | Enfermedades de transmisión sexual representan un problema de salud pública |
26-07-2015 El diputado Alejandro Rangel Segovia (PRI) afirmó que en México las enfermedades de transmisión sexual (ETS) representan un problema de salud pública, ya que a nivel nacional son una de las diez primeras causas de morbilidad, con un promedio de 220 mil casos anuales.
Precisó que la población expuesta se compone en su mayor parte de jóvenes; el 34 por ciento corresponde al periodo entre la segunda y tercera década de la vida, seguido por el grupo de 25 a 44 años que integran dos décadas en un 41 por ciento.
Rangel Segovia consideró necesario una educación sexual y reproductiva adecuada, acceso a planificación de la reproducción, mediante anticonceptivos de última generación, y la disponibilidad de programas y servicios de salud sexual para prevenir, especialmente en adolescentes y jóvenes, las infecciones de transmisión, los embarazos no deseados y los abortos.
Ante ello, el diputado federal impulsa una iniciativa, presentada ante la Comisión Permanente, para reformar la Ley General de Salud, a fin de fortalecer las campañas de información sexual ya previstas en dicho ordenamiento.
Asimismo, establecer la obligatoriedad para que la Secretaría de Salud ejecute un programa nacional permanente que garantice el acceso universal y gratuito a todos los métodos anticonceptivos de última generación, principalmente entre los grupos poblacionales más vulnerables, como los jóvenes y los adolescentes.
El legislador resaltó que a pesar de que se ha hecho mayor difusión del uso de métodos anticonceptivos, actualmente más del 35 por ciento de las y los jóvenes no los usa en su primera relación sexual.
Además, apuntó, algunos varones, con ideología tradicional, consideran que demuestran su virilidad al tener relaciones sexuales con muchas parejas, y lo hacen sin preservativo, aunque lo más grave es que en muchas ocasiones no lo emplean porque no saben cómo hacerlo.
Destacó que México registra altos porcentajes de embarazos entre adolescentes, principalmente en mujeres de bajo nivel socio-económico, y advirtió que el problema seguirá si no se atienden la insuficiente educación sexual y la falta de disponibilidad de métodos anticonceptivos, así como la indiferencia del sector público para enfrentar este fenómeno social.
Consideró que las políticas de salud y de población contribuyen a estas condiciones porque están dirigidas a mujeres adultas casadas o unidas y por sus circunstancias, las y los adolescentes no siempre se apropian de los mensajes de las campañas de salud sexual y reproductiva.
Por ello, estimó que es innegable que la falta de políticas de educación y salud sexual a edades más tempranas se refleja en la problemática de los embarazos precoces y, a la postre, en matrimonios con pocas probabilidades de perpetuarse en el tiempo.
“No existe realmente una educación sexual, se da poca información y los jóvenes tienen acceso limitado a los medios que eviten un embarazo o que impidan que el desarrollo embrionario concluya con un nacimiento”, expresó.
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