Boletín N°. 4487 | Generar unidades de atención especializadas a mujeres que padecen adicción al alcohol |
24-11-2017 La Comisión Especial de Salud Mental y Drogas, que preside la diputada María García Pérez, llevó a cabo el foro “El Alcoholismo en la Mujer”, donde especialistas solicitaron generar unidades de atención especializadas acordes a las necesidades de quienes padecen adicción a las bebidas embriagantes, ya que 80 por ciento de mujeres que beben no llegan a un tratamiento.
Consideraron fundamental que las políticas públicas eviten la discriminación y estigmatización, garanticen pleno respeto de los derechos humanos en los centros de atención, y destinen recursos a programas orientados a resolver esta adicción.
Raúl Martín del Campo Sánchez, miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, sostuvo que 70 por ciento de mujeres en tratamiento por problemas de consumo de alcohol ha sido víctima, de violencia física y sexual. Además, es más probable que una mujer se inicie en el consumo si tiene un familiar o amigo que ingiera alcohol o drogas.
Aunque la edad de inicio del consumo de alcohol y drogas en las mujeres es tardía en comparación con los hombres, éstas presentan rápidamente trastornos por dependencia.
Añadió que las mujeres tienen una vulnerabilidad particular, debido a cuestiones biológicas, sociales y culturales. “La capacidad metabólica de las mujeres es más lenta que los varones al alcohol, es decir, se intoxican lo doble con una copa”.
Para atender esta problemática, se requiere Incidir en medidas de prevención, que las mujeres puedan acceder a los tratamientos y los centros de rehabilitación sean adecuados y cuenten con personal especializado, pues en ocasiones las pacientes son discriminadas, sostuvo.
Durante su ponencia magistral María Elena Medina Mora, directora general del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, afirmó que la adicción al alcohol está asociada a más de 60 enfermedades, colocándola como primer factor de riesgo, incluso superior al consumo del tabaco.
Añadió que padecimientos como depresión y ansiedad no tratada, manejo de los medicamentos para el dolor, elevan la probabilidad del consumo del alcohol.
El 80 por ciento de las mujeres que beben no llegan a un tratamiento formal, por lo que es necesario no discriminar y estigmatizar a las alcohólicas, sino atenderlas de forma integral, en temas reproductivos, psicológicos y sociales.
También es fundamental implementar mecanismos que difundan que consumir alcohol puede generar en el embarazo graves afectaciones en sus funciones cognitivas, daño cerebral, conductual, emocional.
Planteó la importancia de diseñar estrategias enfocadas en reducir la disponibilidad de bebidas embriagantes.
Carmen Fernández Cáceres, directora general de Centros de Integración Juvenil, señaló que la mitad de los alumnos de secundaria y bachillerato ha consumido alcohol, y de este total 30 por ciento son mujeres.
Las personas que se acercan a los Centros de Integración Juvenil sostienen que comenzaron a consumir alcohol o drogas alrededor de los 14 años, por su necesidad de integración y muchas veces con fines sexuales.
Por cada cinco hombres atendidos, una mujer accede a estos servicios y asisten por el hecho que son criticadas por su adicción y porque no tienen con quién dejar a sus hijos.
Coincidió en que las mujeres consumen bebidas embriagantes por depresión y ansiedad, generadas principalmente por cuestiones afectivas.
Por ello, solicitó se integren unidades de hospitalización para mujeres que les permitan mantener consigo a los menores de cuatro años y campañas preventivas acerca de la violencia familiar, ya que esta es generada por personas que consumen alcohol.
Noemí Ramos de la Vega, representante del Instituto para la Prevención y Atención de las Adicciones en la Ciudad de México, expuso que las mujeres que no cumplen con el estereotipo y el rol impuesto por la sociedad, son víctimas de violencia.
“Las mujeres deben ser buenas, comprensivas, guardar las posturas, pero si beben alcohol es una borracha y mala mujer. Estas palabras las lastiman y fomentan aún más su adicción, mientras que a los varones este hecho afirma su masculinidad”.
Expuso que en muchos centros de atención no cuentan con perspectiva de género, por lo que en ocasiones sufren acoso e incluso violaciones, esto hace que las mujeres se han revictimizadas.
La adicción alcohólica, sostuvo, es una enfermedad y las mujeres no deben ser vistas como viciosas sino consideradas pacientes. Propuso fortalecer programas orientados a la atención de mujeres con una visión psicosocial y partidas presupuestales etiquetadas para este fin.
Luz Gabriela Hernández Flores, presidenta de la Junta de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, explicó que la adicción a las bebidas embriagantes es una enfermedad de carácter físico, psíquico y social, que se manifiesta como un desorden en la conducta que complica las relaciones interpersonales y su trabajo.
Reiteró que una de cada cuatro mujeres inició el consumo de bebidas alcohólicas en la adolescencia, por lo que Alcohólicos Anónimos busca que a través de la exposición de sus experiencias, unos a otros se apoyen para recuperarse.
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