Boletín N°. 1517 El monolingüismo quitó peso histórico y cultural a los dialectos: Huerta Martínez

25-04-2019.- El filósofo e historiador mexicano Miguel León Portilla escribió que cuando una lengua muere la humanidad empobrece, parafraseó el diputado Manuel Huerta Martínez (Morena), y puntualizó: desafortunadamente se ha apostado al monolingüismo, lo que genera que no se le dé peso histórico y cultural a los dialectos.

 

El diputado, integrante de la Comisión de Pueblos Indígenas, mencionó que el lenguaje es un código que nos define como sociedad, es una forma de comunicación porque no sólo puntualiza palabras e ideas, también es marco de referencia para las creencias y asimilación colectiva e individual de la realidad.

 

Desafortunadamente, agregó, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señala que en el mundo habían 7 mil idiomas y han desaparecido 6 mil 700 de ellos.

 

En el marco de la Feria Internacional del Libro en la Cámara de Diputados, recordó que cuando España conquistó al Nuevo Mundo enterró una vasta y rica cultura prehispánica que tenía su propia cosmovisión, organización social, religiosa, dioses y respeto por la naturaleza.

 

“Los conquistadores construyeron iglesias sobre templos, impusieron religión y en vez de catalogarlos como diferentes, los etiquetaron como incivilizados, sólo porque no eran igual a ellos”.

 

No obstante, después de 500 años de la Conquista y a pesar de la resistencia histórica y moral, todavía en México existe una fortaleza cultural y riqueza espiritual que se denota a través del lenguaje, puntualizó Huerta Martínez.

 

Durante la ponencia “El cuento prehispánico en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas”, Alberto Chávez Rivadeneyra, del Centro de Investigación y Estudios Superiores de Antropología Social de la UNAM, habló sobre La Relación de Michoacán, documento que describe las costumbres que tenían los habitantes purépechas de ese estado.

 

Recordó que fue el franciscano Fray Jerónimo de Alcalá quien entregó La Relación, conformada con información de viejos sacerdotes indígenas, al primer Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza.

 

La Relación es un relato, es literatura no fantástica, pero sí histórica; es decir, los personajes sí existieron. Es también un códice, un manuscrito el cual se encuentra en la biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, España”.

 

El manuscrito menciona poco más de 300 lugares, cerca de 200 personajes, alrededor de 60 dioses y aproximadamente 300 términos que hacen referencia a la categoría social de las personas, cargos del gobierno, estatus social, linajes y gentilicios.

 

“Permite ver a los antiguos tarascos desde una etapa muy temprana en la que casi parecen una tribu prehistórica en busca de fuego. Entonces el lago de Pátzcuaro era el paraíso, el edén, había aves, pesca, madera, agua dulce, de todo había en la cuenca”.

 

El experto en lenguas indígenas subrayó que este códice ha sido medianamente difundido en México. Tal vez porque está escrito en español antiguo y no es de fácil acceso como cualquier otro libro. “El gran público no suele conocerlo, no es tan popular como el Popol Vuh”.

 

La Relación de Michoacán es un documento digno de analizar desde el punto de vista histórico, literario y del análisis del discurso. Es una de las obras obligadas a ser más conocidas no sólo por estudiantes de literatura prehispánica, también por alumnos de preparatoria y el público en general, puntualizó.

 

Chávez Rivadeneyra invitó a acercarse a estas obras, a nuestro pasado indígena y disfrutarlos como la literatura que es. “Estos libros no son pesados, están ricos en ilustraciones. Vale la pena acercarnos a los poetas nahuas”.

 

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