Boletín N°. 0048 Plantean reformas para mitigar la contaminación acústica en zonas públicas
  • La diputada Laura Haro (PRI) presentó iniciativa para modificar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente

 

 

  • Este tipo de contaminación es la segunda más perjudicial después de la atmosférica

 

La diputada Laura Lorena Haro Ramírez (PRI) impulsa reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para mitigar la contaminación acústica en zonas públicas.

 

Define la contaminación acústica como la alteración de las condiciones normales del ambiente, haciendo referencia al exceso de ruido ocasionado por las actividades humanas que producen afectaciones a la salud auditiva, física y mental de las personas.

 

En la iniciativa enviada a la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales, se sugiere, para mitigar y lograr una adecuada reproducción de los niveles de los decibeles, un estudio de impacto ambiental que establezca el uso de decibeles por horarios en zonas permitidas.

 

En zonas residenciales, de 6:00 a 22:00 horas, el máximo permitido es de 55 decibeles, y de 22:00 a 06:00 horas, de 50 decibeles. En zonas industriales, de 6:00 a 22:00 horas, hasta 68 decibeles y de 22:00 a 06:00 horas de 65 decibeles.

 

En escuelas en áreas exteriores y de juego, durante el juego, 55 decibeles; para ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento durante 4 horas, el límite máximo es de 100 decibeles.

 

En los considerandos de la iniciativa, la diputada Haro Ramírez expone que la contaminación tiene diversas clasificaciones, mismas que en su mayoría ya han sido reguladas; sin embargo, aún queda un vacío al hablar de contaminación acústica, toda vez que afecta al medio ambiente y daña la calidad de vida.

 

Añade que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación acústica es la segunda más perjudicial después de la contaminación atmosférica, pues los daños que puede ocasionar son pérdida de la audición, estrés, ansiedad, irritabilidad y depresión, así como alteraciones en la frecuencia cardiaca y afectaciones del sueño, la memoria, en el embarazo, entre otros.

 

“La población se ha acostumbrado a la generación y recepción del ruido, situación que lo hace cada vez más grave, toda vez que los decibeles que se generan superan las cifras sugeridas por la OMS. A fin de evitar daños auditivos y en su caso la pérdida total del oído, la OMS considera que una persona nunca debe rebasar los 70 decibeles, que puede tolerar el oído sin presentar una afectación”, destaca.

 

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la contaminación acústica es un problema ambiental importante con cada vez mayor presencia en la sociedad moderna.

 

La diputada considera importante regular la contaminación acústica que afecta la salud de las personas y sus familias y que cada vez es más común su propagación desmedida.

 

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