La diputada Karina Sánchez Ruiz se pronunció por un mayor control sanitario en el traslado de animales para consumo humano, a fin de que cuenten con transporte y albergue apropiados.

"Una manipulación incorrecta durante su traslado les puede causar infecciones provocadas por bacterias como salmonella o pasteurella, con el consecuente riesgo para la salud pública", señala un punto de acuerdo impulsado por la legisladora de Nueva Alianza.

De acuerdo con dicho documento, dirigido a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, el transporte de animales destinados al consumo humano, aun en las mejores condiciones, ocasiona tensión en el ganado.

Los niveles de estrés a los que son sometidos durante su traslado dependen principalmente de las condiciones atmosféricas, el acondicionamiento de los vehículos, la conducción, la duración del viaje, la privación de alimento, el descanso, el suministro de agua y la densidad de carga, entre otros, detalló.

En su opinión, la industria de la carne y el sector salud manifiestan poco interés a esta cuestión, toda vez que los animales destinados al sacrificio son sometidos a prácticas de manejo inadecuadas y en muchas ocasiones brutales durante su embarque, transporte, desembarque, permanencia en corrales y conducción a los sitios donde son sacrificados.

Las condiciones a las que son sometidos desde los centros de producción hasta los rastros, así como las reacciones fisiológicas derivadas juegan un papel importante en el bienestar de los animales y en la calidad nutritiva de la carne obtenida, constituyendo una fuente importante de pérdidas económicas para la industria cárnica, advirtió en un comunicado.

La legisladora detalló que el deterioro de la carne es una de las principales secuelas derivadas de prácticas inadecuadas en el manejo animal, que se deben principalmente a la fatiga y al estado de tensión a los que los animales se ven expuestos.

Ello provoca una serie de cambios metabólicos que dan como resultado el detrimento de la calidad de la carne, añadió.

Dicha situación es consecuencia de invasión de bacterias intestinales a los tejidos favorecida por el cansancio que padecen los animales, situación que se acentúa cuando no son alimentados.

Además, se incrementa el flujo sanguíneo al tejido muscular que origina un desangrado incompleto, y se eleva el PH de la carne por el agotamiento de glucógeno muscular, haciéndola más alcalina, alertó.

El mal manejo en la transportación de animales antes de su llegada a la planta de sacrificio provoca, en muchas ocasiones, lesiones que también afectan directamente la calidad de la carne por el daño físico, y pueden ir desde hematomas o ligeros golpes hasta huesos rotos y músculos desgarrados y hemorrágicos, describió la diputada.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el transporte de ganado resulta ser la etapa más estresante y peligrosa en toda la cadena de procedimientos, entre la finca y el matadero, y contribuye significativamente al maltrato del animal y a las pérdidas de producción.

Por ello, Sánchez Ruiz solicitó la implementación de altas normas operativas de bienestar animal, más cuando el país cuenta con medidas regulatorias como la NOM-051-ZOO-1995 sobre "Trato humanitario en la movilización de animales" y la NOM-033-Z00-1995 referente al "Sacrificio humanitario de los animales domésticos y silvestres". /jpc/m