Dolores Padierna, colaboradora: Un hermoso canto se escuchó en el recinto de San Lázaro, la suavidad de las palabras y la armonía electrizó en la Tribuna de la Cámara de Diputados cuando las legisladoras Rosalina Jiménez del Partido del Trabajo e Irma Juan Carlos de Morena expusieron los objetivos fundamentales para aprobar la Ley del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, siglos batallando con políticas que buscaron la integración y no el respeto a las formas de cultura de nuestros 68 pueblos y lenguas indígenas, quedarán atrás, una política de tutelaje para mantener en alta y muy alta marginación a la mayoría de los 12 millones de indígenas, será superada por este nuevo instituto.

La cuarta transformación a la que nos convoca el futuro gobierno tiene uno de los cinco centrales a los pueblos indígenas, la razón fundamental la expuso la propia diputada Irma Juan Carlos, la ley reconoce a los pueblos originarios e indígenas como sujetos de derecho público.

Por lo tanto, los gobiernos municipales, estatales y federal deberán respetar sus formas de organización, su cultura, su lengua y evitar la intervención de figuras ajenas; cuatro ejes están presentes en esta ley que da vida al instituto, muy distinto a los anteriores.

En primer lugar, su naturaleza es transversal e intersectorial, por lo tanto, tendrá atribuciones para determinar políticas públicas, la ley, además, es el resultado de diez foros de consulta, en el que los pueblos originarios enriquecieron la propuesta original, se tendrá un seguimiento permanente de organismos nacionales e internacionales y el cambio fundamental es de reconocer a los pueblos indígenas como sujetos de derechos.

Los desafíos para enfrentar la pobreza, la marginación, la falta de oportunidades y explotación de estos pueblos indígenas, son enormes; tan sólo en materia educativa hay una falta de acceso claro y de atención directa, el 17 por ciento de los indígenas mayores de 15 años no tiene instrucción básica, el 2.5 por ciento no ha terminado la educación secundaria; si hablamos de marginación, el 75 por ciento de los pueblos indígenas viven en municipios de alta y muy alta marginación, sin acceso a servicios de salud, vivienda, trabajo, educación, por mencionar algunos.

En el país, señala esta ley, existen 68 pueblos indígenas, que suman cerca de 13 millones de personas, distribuidas en 600 municipios; el desafío del instituto es defender, integrar y diseñar de manera integral que los indígenas sean los actores principales de su propia transformación. Duración 3’02’’, nbsg/m.