18 de abril 2024

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Núm. 179.- Ingrid y Manuel: balance de medios. A un año de la reconstrucción en el estado de Guerrero.

Núm. 179.- Ingrid y Manuel: balance de medios. A un año de la reconstrucción en el estado de Guerrero.

En estos primeros años del siglo XXI, México se ha visto rodeado de nuevos retos y problemas que amenazan su gobernabilidad a partir del aprovechamiento racional de sus recursos naturales, del cuidado del medio ambiente y de la prevención de desastres climatológicos que devastan infraestructura y colocan en situación de pobreza patrimonial a miles de personas.

A causa de la diversidad territorial de la República, nuestro país es propenso a sufrir toda clase de fenómenos naturales, desde sequías hasta lluvias torrenciales. De manera particular, la región sur-sureste está expuesta constantemente a las afectaciones de sismos, tormentas tropicales, huracanes y subida intempestiva de ríos. De tal suerte que la situación geográfica de México lo ubica en el rango de las 30 naciones más propensas a padecer “tres o más tipos de peligros naturales”. Este riesgo “innato” se acentúa por otros factores como el calentamiento global, la tala inmoderada, la destrucción de manglares, el crecimiento demográfico y los asentamientos humanos en zonas habitacionalmente inseguras. De ahí que los programas de prevención contra los desastres naturales tengan que vincularse con una estrategia de desarrollo regional sustentable que minimice los daños materiales y económicos cada vez que se suscita una anomalía hidrometeorológica. El cuidado de bosques y manglares debe ser parte de una estrategia que vaya en esa dirección.

Si bien es cierto que en los últimos años los tres niveles de gobierno han avanzado en materia de protección civil, adversidades de gran magnitud como los huracanes Ingrid y Manuel demostraron que todavía quedan muchas tareas pendientes en el manejo de riesgos y la reconstrucción de las zonas más golpeadas por estos fenómenos.