La encuesta sobre ciudadanía del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, se ha realizado ya en cuatro ocasiones, la primera en 2008 y responde al objetivo de capturar, a lo largo del tiempo, el cambio en el conocimiento de los derechos sociales y la participación de los ciudadanos en la vida cívica de la República.

El proyecto de una serie de encuestas que permitan la comparabilidad en el tiempo tanto del conocimiento de derechos, su participación en la vida pública, así como la opinión que le merece a los ciudadanos la garantía de sus derechos, se enmarca en una de las responsabilidades del CESOP: la investigación de las relaciones Estado-sociedad.

En el Congreso se encuentra la representación nacional y se discute y amplían los derechos de los ciudadanos, sin embargo, el hecho de transformar la ley para promover la ampliación de derechos no se convierte automáticamente en conocimiento de derechos y en acciones cívicas para disfrutarlos y demandarlos, por pare de los ciudadanos.

Los resultados de la encuesta muestran que si bien el conocimiento de los derechos sociales ha aumentado a lo largo del tiempo, así como la participación activa de los ciudadanos, éstos desconfían de las instituciones del Estado. A pesar de esta desconfianza, los resultados sugieren que los ciudadanos tienen claro que para ser un buen ciudadano es necesario, por lo menos, votar, pagar impuestos y participar.

De igual manera sugieren que existen diversos grupos de ciudadanos, unos enterados y participativos y otros con un gran desconocimiento de sus derechos y apáticos. La encuesta ubica a una proporción mayoritaria de estos últimos en el noroeste del país y en la costa del golfo, sin incluir a la península.

Desde una perspectiva general, se puede decir que los resultados de las encuestas, sugieren que los ciudadanos mayores de 18 años mexicanos, están más informados y demandan crecientemente la garantía de sus derechos. Es justamente el resultado que las instituciones del Estado buscaban en una democracia madura, sin embargo, este perfil presenta retos enormes a un Estado con instituciones aún débiles, de las cuales los ciudadanos desconfían.